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El tema electoral es uno de los principales retos que enfrenta la consolidación de la democracia

reforma político electoral

Sin confianza no puede haber espacios para la cooperación y la interlocución política. El pasado jueves se aprobaron las leyes secundarias de la Reforma Constitucional en materia electoral en un periodo extraordinario de sesiones en el Congreso, con un resultado que deja a la ciudadanía con un sabor agridulce.

Entre los avances de estas nuevas reformas secundarias está el tema de la fiscalización de recursos, las candidaturas ciudadanas y la concentración en materia de organización y fiscalización de elecciones en el Instituto Nacional Electoral (antes IFE), no sólo las federales como ocurría antes, sino también las locales.

Los puntos sobre los que ésta reforma deja muchas interrogantes y dudas son, por ejemplo, el tema de las candidaturas independientes, mismas que ahora necesitarán del 1% del padrón electoral para ser aprobadas, algo así como 780 mil firmas. ¿Habrá alguien capaz de lograr un apoyo así sin una estructura partidaria? Para el tema de la fiscalización de contenidos mediáticos no explícitos como entrevistas u otros contenidos editoriales, no se establecen del todo los criterios para definir cómo identificar cuando una entrevista o contenido fue pagado o no, con todos los inconvenientes y suspicacias que esto genera (como ocurrió con los candidatos de todos los partidos políticos en las pasadas elecciones).

Finalmente el tema de la enorme fiscalización y complejidad que conlleva que un solo órgano coordine todas las elecciones. Incluso en la legislación tal como quedó, no es del todo claro qué sucederá en varios puntos de convocatoria de los comités distritales cuando las elecciones no sean concurrentes, es decir, cuando las elecciones locales no empaten con las federales.

Todos estos temas vuelven a poner sobre la mesa uno de los grandes debates de la llamada Transición Mexicana, talón de Aquiles en materia electoral de la consolidación de nuestra democracia. Si bien no se puede reducir la calidad democrática al tema electoral, en México hemos visto cómo sexenio tras sexenio van saliendo problemáticas y maneras de evadir la ley que terminan por lastimar el clima de acuerdos y la posibilidad de establecer canales de cooperación ante el sentimiento perpetuo de sentirse excluido y aprovechado por parte de algunas fuerzas políticas. 

Uno de los grandes retos que México tiene en el proceso de consolidación de su democracia pasa forzosamente por el tema electoral. ¿Cómo hacemos para que no tengamos que hacer una legislación parchada cada año, partiendo de principios generales que garanticen la transparencia y confianza en las instituciones? Hoy después de 18 años en que el IFE fuera visto como la máxima creación democrática del país, poco queda de ese espíritu ciudadano con toda la pérdida de capital político social. Parece ser que el problema de fondo radica en nuestra falta de capacidad para confiar y cooperar más con los demás. Es un tema de apertura y tolerancia donde los actores políticos parecen sólo proteger sus intereses; pero es ahí donde la ciudadanía tiene la oportunidad de reclamar el espíritu que dio forma al hoy extinto IFE.

(imagen: www.clarinveracruzano.com)

El involucramiento en asuntos públicos es un ejercicio de la ciudadanía

 

Los habitantes de la democracia son los ciudadanos, y de ellos la obligación y el derecho de participar en los asuntos públicos del país. Recientemente Alfonso Cuarón, cineasta y ganador del Oscar por la película “Gravity”, lanzó 10 cuestionamientos al presidente Enrique Peña Nieto referentes a los beneficios de la Reforma Energética.

10 preguntas de Alfonso CuarónEntre las diferentes posturas que un tema de tanta trascendencia genera por la complejidad del mismo, pueden ubicarse dos principalmente: la primera es de todos aquellos quienes comulgan con los cuestionamientos lanzados en el documento “Diez Preguntas”, quienes celebraron que un mexicano “exitoso” se involucrara en los asuntos de interés nacional, sobre todo en uno como el tema energético, viéndolo como un aliado en un momento en que la información sobre el tema no ha permitido conocer los alcances de las reformas y que, en efecto, las legislaciones propuestas generan más dudas que respuestas. En segundo lugar, están  quienes de inicio demeritaron la legitimidad del director, incluido el mismo Presidente, por hablar de un tema tan específico del cual no tiene “recursos técnicos” para opinar, y que a sus juicios, es irresponsable por tratarse de una figura pública que genera una gran respuesta mediática con los inconvenientes propios de difundir información o críticas a partir del desconocimiento o la “malinformación”.

Es fundamental mencionar que, independientemente de la postura que genere el tema energético, el asunto central que introduce el cineasta es el del ejercicio de la ciudadanía para involucrarse en una cuestión de crucial interés. En este sentido se pueden lanzar argumentos a favor y en contra de las propuestas de política, sin embargo, cuando nos referimos al ejercicio de los derechos políticos y civiles, el tema es completamente diferente.

En primer lugar, nuestra Constitución establece en su artículo 7º la inviolable libertad de los ciudadanos para difundir opiniones, información e ideas bajo el principio de la igualdad ciudadana. Es decir, para que exista la libertad de opinión, se debe comenzar por el reconocimiento mutuo entre ciudadanos a partir de la igualdad como sujetos políticos interesados en involucrarse en los intereses públicos que son de su incumbencia. 

En segundo lugar, desviar el eje de la discusión energética a temas de forma, como plantear que el documento tiene faltas de ortografía o que el ganador del Oscar no vive en México, sólo sitúa el debate en temas que no tienen sustento alguno ya que el derecho a participar no está condicionado a la capacidad ortográfica ni a la localización geográfica; en este sentido la ley es clara: podrán participar de los asuntos públicos del país los ciudadanos de la República; y Alfonso Cuarón, estemos o no de acuerdo con sus cuestionamientos, es un ciudadano de la República Mexicana.

Finalmente no hay que olvidar que los valores de la República se cimientan en acción y discusión sobre los asuntos públicos por parte de los ciudadanos, cuando éstos se reúnen (por el medio que sea) para dialogar en un espacio de libertad e igualdad sobre aquellos asuntos que atañen a su comunidad política. De ahí que manifestaciones ciudadanas de cuestionamiento democrático al poder sean tan deseables en nuestra actual coyuntura democrática, sobre todo en un momento en el que muchas de las reformas están siendo aprobadas en un clima de hermetismo y celeridad, impidiendo la generación de información necesaria y el debate para que los ciudadanos estén debidamente informados y puedan actuar en consecuencia de acuerdo a su deber ciudadano.

En suma, desviar la atención en discusiones bizantinas sobre si Cuarón es un “ciudadano legítimo” o no para dar su opinión es caer en un círculo sin salida, que nos llevaría a categorizar a los ciudadanos entre aquellos cuya opinión es válida y aquellos cuya opinión no lo es; situaciones que no abogan al fomento de la igualdad entre mexicanos y, por ende, de la democracia a la que aspiramos.

(imagen: //pbs.twimg.com)

La necesidad de aprobar las reformas secundarias para sustentar el crecimiento económico

Crecimiento económico

Mucho se ha hablado a lo largo de la presente administración sobre “Mover a México” y de la necesidad de aprobar las reformas “que el país necesitaba”, mismas que en su mayoría hoy se encuentran ya vigentes. Sin embargo, el proceso de aprobación de estas reformas no ha finalizado su ciclo en lo que respecta a las también necesarias reformas secundarias que den punto y coma a lo modificado en la Constitución.

En este sentido, el deliberado retraso de los grupos políticos por aprobar las reformas secundarias deja de manifiesto (además de lo apresurado de los acuerdos y la falta de incentivos para llegar a ellos) una economía endeble cuyos principales actores no tienen certeza ni garantías sobre lo que se va a aprobar.

En el tema energético se hablaba de la posibilidad debatible de que la apertura del mercado estuviera enmarcada en una reducción de los costos de producción de la luz y del gas. Hoy en día no se tiene claro cómo esto sucedería a partir de la reforma regulatoria correspondiente; además del evidente retraso en materia de generación de inversión y creación de empleos para el sector.

No es muy diferente el caso en materia de telecomunicaciones, en el que la reforma enviada por el Presidente está sufriendo modificaciones importantes por parte de los legisladores, lo cual siembra nuevamente dudas acerca de lo que la legislación contendrá; y en posibilidad de que la oposición lleve a la Corte dicha reforma en caso de ser aprobada tal como está para que el órgano Judicial dictamine su apego a la Constitución, con toda la demora que un trámite de esta naturaleza puede tener. El cambio no es menor en un contexto en el que urge certidumbre en materia regulatoria y de competencia para un sector sumamente competido y relevante económica y políticamente.

Finalmente, y no menos importante en materia de crecimiento e inversión, es el relacionado a la seguridad y al cumplimiento del Estado de Derecho en el país. Aunque el discurso desde Los Pinos resta importancia a este tema con sus omisiones, basta con echar un vistazo a las redes sociales y a los portales de información en internet para darse cuenta de la crisis de seguridad que viven estados como Michoacán, Tamaulipas o Morelos, donde la criminalidad se mantiene constante y afectando la normalidad de municipios enteros.

Si al factor inseguridad sumamos el componente del descontento público manifestado en marchas y, en casos más extremos, en autodefensas armadas, tenemos que el clima que está envolviendo los tan esperados cambios del gobierno federal se están complicando y pegando fuertemente en las proyecciones económicas.

El caso hacendario tampoco ha sido terso, pues la complicación de toda la reformulación fiscal y las nuevas regulaciones hacendarias han terminado por hacer el ya complicado camino del fisco algo difícil de implementar y llevar a cabo en los primeros meses del año; sobre todo si es el mismo gobierno federal quien durante esta primera mitad está limitado el gasto público y usándolo mayoritariamente para el pago de gasto corriente, impidiendo así un desarrollo más fluido de la economía. Habrá que prestar atención al desarrollo y discusión de las reformas, especialmente a su impacto e interacción con los agentes económicos y sociales.

(imagen: dineroenimagen.com)

¿Qué implica aplazar la aprobación de regulaciones secundarias?

leyes secundarias

El año pasado fue importante en materia de aprobación de reformas constitucionales clave para el funcionamiento del Estado, pero sobre todo para materializar la visión de país que se desea en el mediano y largo plazo. Las iniciativas más importantes que se aprobaron fueron la energética, la de telecomunicaciones, de competencia económica y la político electoral.

A pesar del logro político que implica que una reforma constitucional de gran calado pase, ésta necesita de regulaciones secundarias que den forma y especificidad al articulado de la Carta Magna. En este sentido es de fundamental importancia, en aras de tener certidumbre en la aplicación del espíritu constitucional, que las reformas estén listas y aprobadas lo más próximo posible a la promulgación de aquellas constitucionales.

Desafortunadamente, el Congreso y los partidos políticos han hecho una dilación importante en la discusión y aprobación de éstas, lo que representa un riesgo importante para la gobernabilidad. Tal es el caso de la reforma en materia político electoral, la cual prácticamente estableció un nuevo código de procedimientos electorales, mismos que no han sido aprobados y sin los cuales la reforma constitucional es inoperante. Incluso en uno de los artículos transitorios de esta reforma, se establece que en caso de no aprobarse las reformas secundarias en materia electoral para el 30 de abril de 2014, deberá aplicarse el marco legal anterior; es decir, la legislación vigente, con el gran problema intrínseco que implica que la legislación actual es contradictoria e incompatible con lo recientemente aprobado y ya plasmado en la Constitución. ¿Cómo es posible llevar a cabo un proceso electoral federal (2015) si la Constitución establece una cosa y la ley electoral otra?

Caso similar ocurre con las reformas en telecomunicaciones donde la reforma constitucional plantea que los contenidos que se generen deben ser supervisados por el Instituto Federal de Comunicaciones, órgano autónomo creado para este fin entre otros en materia de regulación y competencia; y en cambio, la reforma secundaria enviada devuelve esta atribución a la Secretaría de Gobernación, es decir, se da un criterio político y no técnica a los contenidos que se generen y se reproduzcan en medios

En este sentido el problema al que se enfrenta nuevamente la institucionalidad del Estado tiene que ver, por un lado, con la incapacidad política para llegar a acuerdos y cumplir los plazos que el mismo Ejecutivo y las cámaras establecieron; por otro lado, con una clase política que no está comprometida con los grandes temas en materia de libertad y competencia económica.

Esta combinación de situaciones, entre la tardía presentación de propuestas y la falta de compromisos en teoría previamente manifestados y comprometidos, están poniendo en una situación de emergencia al país ante la posibilidad real de no tener un marco legal para llevar a cabo algo tan elemental para la democracia como la celebración de elecciones.

Ante estas situaciones parece quedar nuevamente al descubierto un problema que subyace a la generación de propuestas y políticas en el país: la incapacidad de generar los incentivos de colaboración, sean positivos o negativos, para que las fuerzas políticas colaboren y cumplan con la ley que, irónicamente, ellos mismos aprobaron (característica que también fue constante en los sexenios panistas). Como elemento de reflexión adicional, no se puede dejar de mencionar la falta de acción por parte de la ciudadanía para incidir real y organizadamente en un tema que afecta la viabilidad del Estado y, por ende, el bienestar público.

(imagen: //www.dineroenimagen.com)

La corrupción: el problema más importante a resolver

Países más corruptos del mundo 2013

Uno de los más grandes problemas del sistema político mexicano es el relacionado a la corrupción. Aunque existen problemas de mayor impacto directo a la población como la violencia entre los carteles de gobierno y los secuestros, la realidad es que la corrupción en todos los niveles es el problema más importante a resolver.

Para poner este problema en perspectiva, la organización Transparencia Internacional en su Índice de percepción de la Corrupción 2013, ubicó a México en el lugar 106 de 177 países, Uruguay y Chile países de la región por ejemplo, ocupan el lugar 19 y 22 respectivamente.

Este asunto resulta particularmente relevante porque apenas la semana pasada el presidente del PRI en el DF, Cuauhtémoc Gutiérrez, fue expuesto en un reportaje hecho por la cadena MVS por contratar edecanes con recursos públicos, cuya principal función era tener relaciones sexuales con él. Más allá de lo deplorable e ilegal de las acciones llama la atención la facilidad y visibilidad con la que un político puede usar a discreción recursos públicos para fines ilegales, ser expuesto en medios masivos de comunicación y que al día de hoy no existan cargos penales en su contra, ni una sociedad que condene enérgicamente y llame a exigir justicia y claridad sobre un tema ligado a recursos fiscales provenientes principalmente de la población económicamente activa.

Llama también la atención que un personaje de reputación dudosa y con importantes escándalos en su trayectoria política que incluyen violencia física contra otros integrantes de su partido y prostitución, haya sido hasta la semana pasada presidente local de la fuerza política más importante a nivel nacional. Nadie puede ascender tan alto en el escalafón jerárquico de dicha institución política si no es con la permisividad y complacencia de otros dirigentes. Más preocupante aún es que si esto ocurrió en plena ciudad de México donde los avances políticos y democráticos son de los más altos del país, ¿cómo será en aquellas entidades federativas donde existen menos contrapesos y trasparencia que en la capital?

Sin duda que es un tema alarmante en cuanto a la salud y transparencia del sistema de partidos y en general del sistema político, que sólo puede ser combatido con un irrestricto compromiso con prácticas abiertas y una legislación clara y aplicable en materia de transparencia y rendición de cuentas; además, por supuesto, de la colaboración y acción de la sociedad civil organizada y medios de comunicación. La corrupción es el campo de cultivo junto con la impunidad para que al día de hoy México esté en crisis social y a merced de grupos criminales que encuentran en este problema las vías para incrustarse dentro del Estado y cumplir sus fines delictivos en detrimento del país y de la sociedad en general.

(imagen: www.beevoz.com)

Seguimos reproduciendo estos esquemas donde somos tratadas como un objeto físico y simbólico en una lógica patriarcal capitalista.

huelga sexual Ucrania

Continuando con las historias de mujeres y dado que está en boca de todo el mundo el tema de Ucrania, me di a la tarea de ver qué podría encontrar en relación con el tema y ese país.

Las eslavas tienen fama de ser las mujeres más hermosas del mundo, por esta razón, nuevamente los resultados en la web fueron algunos como “How to meet Ukrainian Women?” “Marriage Ukraine Ladies” y también cifras de la trata de personas provenientes de esta región.

Otra de las noticias fue acerca de la campaña “no se lo des a un ruso”, una “huelga de sexo” que consiste en que las mujeres ucranianas no tengan relaciones sexuales con hombres rusos. Algunas abanderadas de la campaña son la empresaria Katerina Venzhyk, las periodistas Irina Rubis y Yulia Savostina como también la escritora Irena Karpa. Añaden que es una “campaña provocadora para atraer atención al caos que han creado los rusos en Crimea”.

Nadie que esté en contacto con los medios de comunicación podrá decir que los problemas de Ucrania han pasado desapercibidos. Desde mi punto de vista es uno más de los conflictos que se están presentando actualmente en el mundo por intereses económicos, riñas entre oligarquías por posicionamientos e influencias territoriales y de mercado.

Para contextualizar un poco mencionemos algunos datos generales:

La superficie de Ucrania es de 603.628 Km²; para darnos una idea, es poco más del territorio que ocupan los 3 estados más grandes de México (Chihuahua, Sonora y Coahuila). Es el país más grande de Europa luego de la Rusia Europea que tiene 3.960.000Km².

Kiev fue la capital y centro del primer Estado ruso-eslavo oriental, lo que hace que Rusia tenga simbólicamente una legitimidad histórica e influencia en el territorio de Ucrania. Fue una de las repúblicas fundadoras de la Unión Soviética en 1922 y se independizó hasta 1991 con la disolución de la URSS.

El 55% del territorio de Ucrania está dedicado a la agricultura, es uno de los países clave a la hora de fijar los precios de materias primas alimentarias, tiene abundantes fuentes de agua y suelos ricos en materia orgánica; allí se encuentra el chernozem o tierra negra, que contiene gran cantidad de potasio, fosforo y micro elementos además de una profundidad de entorno a 1 metro, lo que la hace muy conveniente para cultivos de cereal.

Por Ucrania pasan un poco más del 50% del total del comercio de gas natural entre Rusia y la Unión Europea. Rusia es el mayor exportador de gas natural en el planeta siendo el 76% de esas exportaciones hacía la UE.

La población ucraniana está evidentemente dividida entre este y oeste. En Crimea, Donetsk u Odessa las minorías rusas rondan entre el 17.6% y el 58% además de que la población étnica de esta parte del territorio, aún habla ruso cotidianamente. El Oeste, siendo más nacionalista, tiene intenciones de acercarse a Europa olvidando los tiempos soviéticos.

En los últimos años, y con la consolidación paulatina del capitalismo globalizado, Ucrania se ha ceñido a reformas y ajustes en pro de “mejorar la economía”. La apertura indiscriminada a las multinacionales y los acuerdos políticos han llevado a que en este momento Monsanto controle el 40% de las semillas ucranianas y que la corporación Cargill ya tenga participaciones en puertos exportadores y empresas agrícolas locales.

Por si fuera poco, luego de toda la crisis, Ucrania acepta una millonaria ayuda por parte del FMI que implica ajustes severos que incluyen aumentar en un 50% el precio del gas, no se aumentará el salario mínimo, reducciones de más del 15% en las plazas de cargos públicos y, por supuesto, aumento de impuestos. La UE a través del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo también pondrá su “grano de arena” en lo que el gobierno estadounidense consideró “una potente señal de apoyo de la comunidad internacional al gobierno ucraniano“. Pero, ¿no son los mismos ajustes que hoy en día tienen en crisis a medio mundo? ¿No hemos visto ya los atroces resultados que han generado en Latinoamérica, España, Grecia, Portugal, entre otros?

Una vez teniendo divisado este panorama (aclaro que solo he tocado algunas aristas de toda la complejidad de este conflicto) puedo volver al tema de la huelga del sexo.

En mi opinión, aún teniendo en cuenta que es solo una forma de llamar la atención mediática para “darle visibilidad al conflicto ucraniano”, no me deja de parecer una forma primitiva de chantaje y manipulación. Recordé de inmediato el episodio en México de la ex-candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, que en plena campaña dijo refiriéndose al sufragio: “Que lleven e inviten a sus hijos, a sus amigas, a su pareja, y ahí de aquella pareja que no vaya a las urnas, porque no le hacemos ‘cuchi-cuchi’ en un mes”.

Para mi es clarísimo que las mujeres son las únicas que pueden decidir sobre su cuerpo, vivir su sexualidad como la prefieran, pero sigue siendo cuestionable el hecho de que sean mujeres que han llegado a posiciones visibles las que utilicen estas armas, que, a mi modo de ver, es solo como sugiere Esther Pineda G, “una infravaloración de la mujer, aunada a su sistemática cosificación y objetuación en los medios de comunicación y difusión masiva, que impulsan y promueven concepciones deformadas de la feminidad” ¿Acaso no hay otra estrategia que podamos usar las mujeres para evidenciar una situación política en nuestro país?

Teniendo en cuenta las altas estadísticas de trata de mujeres en Ucrania ¿No deberían prestar las OCS´s más atención en estos temas antes de organizar “campañas” a través de las redes sociales para que las mujeres no se acuesten con quién se les dé la gana? “la sexualidad siempre ha sido pública, pues la experiencia de la sexualidad privada siempre ha sido intervenida, regulada, normativizada e incluso sancionada desde el exterior” ¿Vamos a seguir permitiendo que alguien más siga influyéndonos en las decisiones que competen exclusivamente a cada una de nosotras? A mi modo de ver es aún más triste cuando somos las mismas mujeres las que seguimos reproduciendo estos esquemas donde somos tratadas como un objeto físico y simbólico en una lógica patriarcal capitalista.

 Más información:

//www.mdzol.com/opinion/524710-consecuencias-del-conflicto-por-ucrania/

//www.alsurdetodo.com/?p=1478

Valery Rojas,

Politóloga y Blogger

@chanteler

Dar paso a nuevas formas de organización del espectro político

partidos-siguen-peleando-puntos-estrategicos

Cuando el intelectual Francis Fukuyama publicó su libro “El último hombre y el fin de la historia”, vaticinó que el mundo y la historia habían llegado a su fin. En ese sentido, aclaró que si bien el planeta no sería destruido, la teoría estaba más bien enfocada al cambio de época, como una consecuencia natural de la propia historia, de su paso y de la inherente interacción de la sociedad y de los hombres. En tal sentido, parece que los partidos políticos en México han llegado y alcanzado una situación similar, en la que se vislumbra su fin, pero no como institutos de un sistema político en movimiento, sino como los conocemos hoy en día.

En el caso del PAN, la descomposición política es creciente; la lucha interna entre dos candidatos para dirigirlo y sus respectivos grupos han extendido esta polarización a las bases del partido (que por pocas que sean, siguen siendo vitales para su supervivencia). Lo improvisado de la contienda interna, aunado a los escándalos de presunta corrupción pública que se leen en los diarios del país, han terminado por dinamitar lo poco que quedaría de esta organización.

No muy diferente es el caso del PRD, en el cual la corriente de René Bejarano ha amenazado con romper con la dirigencia nacional en caso de que el grupo de “Los Chuchos”, comandado por Jesús Zambrano, continúe al frente de la presidencia del instituto político. En ese sentido, el riesgo de fractura se hace inminente, sobretodo a la luz de la creación de “Morena”, la agrupación política de López Obrador.

En ambos casos, la disputa real no es por el partido, sino en un primer momento por las candidaturas a la Cámara de Diputados en 2015, y posterioremente a la Presidencia de la República. ¿Quiénes quieren ser candidatos? Cordero, Madero, Zambrano, López Obrador, Ebrard. Todos ellos, dirigentes (de facto) de sus propios partidos, mismos que han profundizado la división interna hasta lo más central de sus núcleos populares. Y no sobra decir que la lucha interna al interior del propio PRI también es intensa, entre el grupo de los “jóvenes” (Nuevo PRI), contra los “el Viejo PRI”, pero a ellos los aglutina el poder.

¿Cómo podrá el sistema político mexicano resolver la descomposición política de los partidos? Quizá, como decía Fukuyama, es momento de terminar el capítulo final de los partidos como los conocemos ahora, y dar paso a nuevas organizaciones, que se reagrupen en torno a intereses distintos, quizá dividiendo el espectro político de diferente manera, y – como decía Norberto Bobbio – superando la anacrónica categorización entre “izquierdas y derechas”. Este binomio ha quedado superado en México y es evidente que urge un reacomodo de las fuerzas políticas en la oposición, pues mientras ésta última se encuentra a punto de morir, no conviene ni a los ciudadanos ni a los gobiernos quedarse sin contrapesos y sin canales de expresión de todas las voces de la sociedad. La negociación será mucho más compleja y la lucha política se convierte en una venganza anunciada entre actores derrotados y sin mecanismos para acceder al poder. Quizá es momento de replantearnos la distribución partidista en el país y abrir las puertas a nuevas ideas. Estos podrían ser los “últimos partidos y el fin de su historia”.

(imagen: www.milenio.com)

“Si las mujeres hubiesen escrito libros, seguramente todo habría sido diferente” Cristina de Pizán (1364-1430)

Mujeres

En marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer que, a pesar de las diferentes posiciones que se pueden encontrar con referencia a esta celebración, es siempre un incentivo para retomar las discusiones acerca del papel actual de la mujer.

En México, una mujer destacada en el ámbito político ha sido Griselda Álvarez, poeta, cuentista, autora, maestra y política, quien murió un día como hoy hace 5 años. A lo largo de su vida publicó más de 17 libros, siendo una figura cultural y creativa aún en espacios que han sido encasillados en la historia como masculinos. Más que una feminista, una reivindicadora de la ciudadanía femenina. Además de madre, fue la primera mujer electa gobernadora en México, en el estado de Colima. Entre sus preocupaciones siempre estuvieron la educación pública, incluida la universidad del estado, la reforma a los códigos penal y civil para que los hijos de las reclusas no nacieran dentro de la cárcel, así como políticas públicas destinadas a brindar oportunidades para que las trabajadoras sexuales cambiaran de ocupación.

Al querer indagar más sobre el papel de las “mujeres mexicanas”, comencé una búsqueda en la red. Los primeros resultados, aunque no son sorprendentes, sí abren un espacio de reflexión. De los primeros 20 títulos que aparecen en Google, solamente 4 no tienen relación con categorías como la belleza, la fama o lo “sexy”. ¿Son éstas las únicas características con las que nos identificamos las mujeres latinoamericanas? Los otros 4 resultados estaban directamente relacionados con feminicidios y lucha por la igualdad, entre algunas estadísticas que evidencian el lamentable panorama en México en cuanto a violencia de género.

¿Dónde están esas mujeres que precedieron a Griselda? ¿Por qué en la categoría de “mujeres mexicanas” no sobresalen la talentosa Frida Kahlo, la revolucionaria Florinda Lazos León, la activista por el voto femenino Elvia Carillo Puerto, el pilar de la botánica Helia Bravo Hollis, la destacada astrónoma e investigadora Julieta Fierro, la primera médica cirujana de México Matilde Montoya, la deportista Rosario Iglesias, la directora de orquesta Alondra de la Parra, la defensora de derechos humanos Marta Lamas, la reconocida escritora Elena Poniatowska, e incluso, por qué no encontraba a Sor Juana Inés de la Cruz?

Es cierto que se ha avanzado en cuanto a la reivindicación de los derechos políticos de las mujeres en México impulsando la participación en la política, al punto que se han tenido seis gobernadoras, varias diputadas federales y senadoras; también las mujeres han logrado reformas legislativas que establecen una igualdad en los escaños del congreso federal y algunos estatales. En comparación con las cuotas de género de países de la región como Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay o Perú, donde ésta no pasa del 30% y en países como Chile donde ni siquiera existe, el panorama para México es esperanzador.

Pero estos avances no han sido suficientes. El trabajo que realiza El Observatorio Legislativo sobre el avance de la participación política de las mujeres en la Cámara de Diputados, que se renueva cada tres años, muestra que la presencia femenina crece solamente un 1.13% en cada elección. Además de otros fenómenos que surgen en estos contextos; por ejemplo, la manipulación de listas y escándalos, como el reconocido episodio del 2009 “Las Juanitas” donde 8 diputadas de diferentes partidos pidieron licencia desde la primera sesión de trabajo legislativo, cediendo su curul a los suplentes, todos hombres (entre ellos un hermano y un esposo.)

En cuanto a la violencia de género, entre los logros importantes cabe destacar la “Ley general de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia” (LGAMVLV)del 2007, que a partir del reconocimiento oficial de la violencia contra las mujeres como problema público, abre el espacio para una transformación institucional donde el Estado debe ser garante efectivo de los derechos de las mujeres. También ha sido importante que la constitución señale el destino de recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación para atender la violencia de género que sufre el país.

Sin embargo El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio sigue alertando sobre la “falta de voluntad política” para erradicar la violencia contra la mujer y calcula que “hay aproximadamente 2.299 casos de feminicidios en el país entre el 2012 y el 2013 pero solamente han sido registrados y están siendo investigados 572, es decir, solo el 24%, está siendo investigado como feminicidio y no sólo como homicidio en once entidades federativas”.

María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio afirmó que “Necesitamos investigaciones con visión de género y avanzar, pero la autoridad ni siquiera acepta que haya una alerta de género en ningún sitio y esto propicia que en México sigan aumentando los feminicidios”.

Opinión muy similar es la de María de la Paz López Barajas, consultora especial del Fondo de las Naciones Unidas, en el coloquio “El feminicidio en Ciudad Juárez.” Resaltó que “la impunidad y la violencia contra ese sector inicia con la invisibilidad del problema”, tal cual como está pasando en el contexto de la lucha contra el narcotráfico, la violencia extrema y la inseguridad generalizada, donde las cifras indican que en Chihuahua cada 20 horas es asesinada una mujer.

En otra ocasión, la consultora también hizo alusión a la incompatibilidad de la (LGAMVLV) con algunos códigos penales estatales, donde según su opinión predominan “figuras jurídicas del siglo antepasado”(…)“Por eso hablamos de una violencia estructural y que va mucho más allá de la esencia cultural, ya que tiene que ver con cómo se conforma el aparato de justicia, pues todavía encontramos delitos por razones de honor e incluso casos en los que se exceptúa éste cuando el perpetrador se casa con la víctima”.

Las mujeres en Latinoamérica aun tenemos mucho por reconocer, aceptar y reivindicar. En una sociedad que no educa sino reprime, es necesario llevar a cabo una comprensión activa de lo propio, eliminando el miedo, estereotipos y prejuicios ante los roles sociales, sin necesidad de que esto desemboque en un rechazo a lo masculino. Al hacernos conscientes de la situación podremos enfocarnos en los avances que ha habido hasta ahora y empezar a visibilizar los aportes de cada una frente a los retos de la actualidad. Exigir por parte de las instituciones una sensibilización frente a los temas para generar la voluntad política que hace falta. Mientras tanto existen instrumentos legales e instituciones supranacionales que apoyan a la transparencia, la lucha contra la impunidad y el monitoreo de las situaciones actuales. Las organizaciones civiles juegan un papel importante ya que desde allí se pueden construir narrativas más positivas para darle visibilidad a las historias de mujeres, resaltando nuestra contribución a la sociedad desde el arte, la política, la familia y demás esferas, que servirán para autodefinirnos y lograr una reinvención de los imaginarios colectivos.

 Sitios de interés:

//www.animalpolitico.com/2014/03/6-mujeres-son-asesinadas-al-dia-en-mexico-la-mitad-es-feminicidio/#ixzz2wyQn5iW4

//www.informador.com.mx/mexico/2011/270620/6/lucha-contra-el-narco-opaca-violencia-contra-mujeres-alertan.html

//www.dane.gov.co/revista_ib/html_r4/articulo6_r4.htm

//spanish.peopledaily.com.cn/31617/8466865.html

(imagen: //www.fte-energia.org)

Valery Rojas

Politóloga y Blogger

@Chanteler

 

El Congreso: mecanismo de equilibrio del sistema político

oposición democracia

México ha transitado durante los últimos años el camino hacia la democracia y se ha venido consolidando en ella. No ha sido una ruta sencilla, ni mucho menos rápida, pero son diversos los instrumentos políticos puestos a disposición de los ciudadanos para evitar una regresión autoritaria. En ese sentido existen el Instituto Federal Electoral (próximamente Instituto Nacional de Elecciones) que tiene autonomía, al igual que el Banco de México, la CNDH o el IFAI. Todos ellos garantes de la estabilidad política, financiera, económica y social de México. Pero sin duda, el instrumento más importante es la oposición en el Congreso.

Una oposición parlamentaria, dadas las condiciones de nuestro país, es la mejor herramienta para evitar que la consolidación democrática retroceda pasos. Lo anterior se pudo presenciar durante los últimos años, en los cuales la agenda política, si bien nunca fue claramente marcada por la Presidencia de la República, dependía en gran medida del Congreso de la Unión, de sus tiempos y de su agenda. Las Cámaras de Diputados y Senadores fungieron como el equilibrio principal del sistema político y le dieron solidez al presidencialismo mexicano, acotándolo más en su margen de actuación.

No obstante lo anterior y el inmenso poder que tiene la oposición en el Congreso mexicano, pareciera que los partidos que la representan han optado por no hacer uso de esta prerrogativa y echar en saco roto el poder e influencia que tienen, no solamente para delimitar prioridades, sino para generar mecanismos estructurales y legales para que las cosas en nuestro país funcionen mejor.

Los partidos de oposición parece que han renunciado a su vocación de ser el contrapeso del Ejecutivo, convirtiéndose en actores políticos que vuelcan su quehacer hacia ellos mismos, tratando de dirimir sus propios conflictos. En esa medida, y ante una oposición pulverizada, la Presidencia de la República no puede negociar. Si bien no enfrenta a una oposición férrea en el Poder Legislativo, siguen siendo malos augurios para el país que los legisladores y el Gobierno Federal no se puedan poner de acuerdo para aprobar reformas que urgen a la nación. Eso sí, en las próximas elecciones intermedias, parece que el PRI seguirá siendo la primera minoría en el Congreso, pero la República urge de soluciones a las grandes materias que siguen estando pendientes.

(imagen: //images.mexico.lainformacion.com)

Mientras miembros de los partidos políticos pugnan entre sí, las reformas esperan…

congreso de la unión

México necesita urgentemente las grandes reformas estructurales que se han planteado desde hace varios años. Cosa de recordar que, al menos durante los años en que el PAN gobernó a México desde la Presidencia de la República, y al frente de la administración federal, no fue capaz de construir con la oposición (el PRI y el PRD en ese tiempo, principalmente) una mayoría que le permitiera transitar dichos cambios constitucionales en el Congreso. Quizá la explicación por la cual los partidos decidieron no cooperar con el Ejecutivo fue el propio sistema presidencialista, y la falta de incentivos para que el partido en el poder pudiera hacerse con ese “triunfo” político. El sistema presidencial ha mostrado que genera más bien incentivos negativos y, en ocasiones, los partidos hacen uso de estas prerrogativas para generar contrapesos directos a quien encabeza al Gobierno Federal.

La explicación de esta parálisis legislativa pudiera llegar a ser entendible, más no justificable. Las grandes reformas deben transitar por el Congreso, aún a pesar del sistema presidencial y el contrapeso parlamentario. Y durante mucho tiempo en México se detuvieron estos grandes cambios por las razones descritas anteriormente.

En el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, con la creación del “Pacto por México”, las reformas constitucionales fueron posibles – un logro histórico – y la mayoría necesaria fue construida de forma eficiente y con un excelente manejo político para algunas de estas reformas estructurales. Ahora faltan las reformas secundarias que darán viabilidad a estos cambios estructurales. Sin embargo, la pugna seguirá ahora en el Congreso de la Unión por ello.

Lo que resulta más curioso es que si las reformas secundarias están detenidas, no se debe a la oposición, sino a los pleitos internos de quienes ahora lo son (PAN y PRD). En el caso de Acción Nacional, la batalla por la presidencia del partido entre calderonistas y maderistas ha llegado a un nivel destructivo y divisorio, que amenaza con dinamitar lo poco que queda de ese partido. Y en el caso del PRD, la lucha actual entre el grupo de “Los Chuchos” contra Marcelo Ebrard por una parte, y contra los radicales por otra, también los tiene envueltos en una dinámica que no les permite avanzar.

Por todo lo anterior, resulta paradójico que las reformas que siguen siendo necesarias estén nuevamente detenidas en el Congreso, pero no por culpa de los contrapesos naturales del sistema presidencial, sino por la división de los partidos de oposición que siguen sin poder resolver su situación interna. Y como si no hubiera cosas urgentes que atender, también el gobierno federal tendrá que delinear una ruta para tratar con ellos y volver a sacar adelante los cambios legislativos que tanto se requieren.

(Imagen: www.eluniversal.com.mx)