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El hambre: una limitante para la democracia.

Cruzada Nacional Contra el Hambre(imagen: //fotos.libertadguerrero.net)

La necesidad y el hambre son de las principales limitantes para el desarrollo ciudadano, y por ende democrático. En la República Mexicana se estima que 28 millones de personas padecen hambre, esta problemática motivó a que el presidente Enrique Peña Nieto propusiera el 21 de enero del 2013 la “Cruzada contra el hambre“, un programa para combatirla a través de la suma de esfuerzos administrativos.

Esta medida tiene como objetivo focalizar esfuerzos en combatir la pobreza extrema, que es la que más lastima al país en cuanto a las limitantes que una mala alimentación marca en poblaciones determinadas. Es importante señalar que la pobreza es multidimensional y no se limita a indicadores como el ingreso o el gasto, es una condición en la que intervienen múltiples factores como acceso a la salud, educación,  servicios, vivienda y, desde luego, alimentación.

La Cruzada Nacional Contra el Hambre parte de la premisa de la alimentación y una correcta nutrición como punto de partida  para el mejoramiento del resto de las dimensiones; a través del fortalecimiento del capital físico y humano de la población, y con el apoyo de otros programas sociales, puede darse una salida productiva a la pobreza.

En resumen, esta propuesta tiene cuatro puntos importantes que le dan forma a la estructura y a lo que pretende solucionar:

1-Esfuerzos focalizados en los 400 municipios más pobres del país.

2-Corresponsabilidad en todas las dependencias gubernamentales.

3-Estrategias sociales enfocadas a las capacidades productivas.

4-Los beneficiarios estarán incluidos en la transformación.

Estos cuatro puntos parten de la riqueza que México tiene como país y de la existencia de recursos suficientes para combatir los problemas de hambre. Como parte de los esfuerzos existen varias fundaciones como “La fundación cero hambre”, “La asociación Mexicana de bancos de comida” y, “Un kilo de ayuda”, entre otras. Estas organizaciones no gubernamentales tienen como propósito el uso de cooperativas agrícolas que permitan el sustento de quienes producen, pero también que dichas cooperativas puedan vender sus productos para generar recursos, siendo un programa que busca generar un círculo virtuoso, no sólo para erradicar la pobreza multidimensional extrema, sino para promover proyectos y actividades productivas.

Cabe resaltar que la estructura jurídica está presidida por la Secretaría de Desarrollo Social, pero al ser multisectorial incluye la participación de las secretarías de Gobernación, Relaciones Exteriores, Defensa Nacional, Marina, Hacienda y Crédito Público, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Energía, Economía; Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; Comunicaciones y Transportes; Educación Pública; Salud; Trabajo y Previsión Social; Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano; Turismo. Que junto con sus aparatos descentralizados suman esfuerzos en la búsqueda de cumplir con los objetivos.

El hambre es un problema que tiene manifestaciones en todas las esferas sociales y por obvias razones, en la naturaleza biológica humana. En un país como México es un problema que no ha logrado erradicarse a pesar de los programas sociales de los últimos sexenios, y es de suma importancia porque es indicador de una pobre política distributiva. Sin embargo, el mayor problema del hambre es que hace a las millones de personas que la padecen incapaces no sólo de tener una vida digna, sino de participar en la vida pública. Este hecho es trascendental porque no puede existir democracia en un lugar donde no se tienen satisfechas las necesidades más elementales, y donde todo esfuerzo humano está orientado a la supervivencia más elemental. El hambre no es sólo un programa que afecta a quien la padece, sino a todo el país donde los millones que la sufren amenazan la legitimidad y el funcionamiento del sistema en su conjunto.

El problema de la salud en México es multidimensional

#yosoy17(imagen: www.redpolitica.mx)

A diferencia de los sexenios anteriores, la Secretaría de Salud federal ha asumido una política de mutismo en lo que va de esta administración. Temas relevantes como las epidemias o la necesaria reforma del sistema de salud han sido deliberadamente minimizados en la agenda pública. Sin embargo, los medios digitales brindan la oportunidad de dar visibilidad y atención a problemas que antes difícilmente trascendían. En años recientes hemos visto movimientos sociales reforzados en las redes sociales que han permitido conocer y mantener en la agenda pública situaciones a las que incluso los medios tradicionales no daban cobertura.

En las últimas semanas hemos visto el surgimiento de una manifestación social que ha logrado posicionarse en medios gracias a su presencia en redes. En esta ocasión tocó el caso de los médicos de Guadalajara quienes conformaron el movimiento #YoSoy17, el cual apoya a los 16 galenos que se encuentran en juicio acusados de negligencia médica ante una situación de emergencia y por no cumplir con los procedimientos burocráticos.

Esta situación pone nuevamente el dedo en la llaga de la burocracia y del rebase que muchas instituciones sociales viven en el país. El caso de la salud pública es un tema capital en razón de la importancia que representa que la población tenga acceso a servicios públicos de salud de calidad. El problema de la salud en México es multidimensional y puede ser abordado y analizando desde diferentes ópticas: el acceso, la infraestructura o desde las condiciones laborales de quienes trabajan en el sector. Todas estas dimensiones afectan el resultado final, que es la salud de los mexicanos, y todos son reflejo de la planeación y la ejecución de políticas específicas.

Si se habla de las condiciones laborales de los médicos es necesario recalcar la situación en las que éstos trabajan. En muchos puntos de contacto con el paciente, los médicos hacen lo que pueden con lo que tienen. En los últimos años las políticas de universalización de salud como el Seguro Popular han terminado por sobrecargar las ya de por sí sobredemandadas unidades de salud, dándole acceso a más y más pacientes sin que la infraestructura crezca en proporción de la demanda. Los grandes perdedores son los pacientes, pero tal como lo expone el #YoSoy17 los médicos también han resentido la burocratización del ejercicio médico por sobre la prestación del servicio.

En esta situación se encuentran también los recientes casos de negligencia en varios puntos del país que han costado la vida a derechohabientes o que han dejado sin atención a gente en situación de urgencia. Más allá de efectuar un enjuiciamiento a la parte más visible del engranaje de salud, es decir los médicos, es necesario repensar la política entera y sobre todo dar congruencia y viabilidad a un sistema que está rebasado en muchos niveles.

La adecuación consistente del sistema público de salud debe estar acorde a las exigencias y realidad del país, hecho que requiere la adecuación del marco jurídico y el otorgamiento de garantías a quienes laboran en él y, desde luego, a los pacientes. El movimiento #Yosoy17 sirve en el sentido de volver a discutir no tanto lo que queremos, en este caso, salud de calidad, sino la forma en que está construido un sistema y las carencias que presenta.