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Las buenas gestiones se hacen de la co-participación, se hacen de la participación de la colectividad (Ada Colau)

Ada Colau

Tenemos un sistema político que está convulsionando. Si lo analizamos desde una perspectiva médica, a este cuerpo político le están fallando multiples órganos vitales. Por un lado, y ante el temor de no saber qué va a pasar, nos aferramos a permanecer en un cuerpo que no tiene remedio; por otro lado, seguimos en la necedad de querer poner parches en donde se requieren transplantes y un cambio completo de decisiones de vida. Este mal también proviene de la mentalidad del voto duro, del partidismo sin cuestionar, de defender al partido hasta la muerte. Para que exista un cambio real en el país eso tiene que acabar.

“También nos cuesta aceptar que nuestro país está absolutamente destrozado, que la idea que nos hicimos de la democracia- por la que tantas generaciones lucharon y entregaron sus vidas- es una simulación, y que ir a votar no es otra cosa que llevar al poder a criminales que usan nuestras ilusiones para robarnos, vender la tierra y el agua, permitir que se lleven a nuestros hijos y mantenernos sometidos a las fuerzas del miedo, la impunidad y el horror.” Javier Sicilia

Vivimos en un sistema fallido cuando la policía persigue y reprime a los manifestantes en lugar de protegerlos y proveerles vías para que su manifestación no afecte la movilización de la ciudad. Donde el ejército, confabulado con el gobierno, participa en el asesinato de nuestros estudiantes. Donde los partidos se dedican a bloquear las iniciativas de gran trascendencia para el país en lugar de formar políticos de calidad capaces de colaborar y de asumir responsabilidades, y en todo caso pagar por las consecuencias de sus malas prácticas.

El miedo al cambio es algo natural. Y si va a haber algún cambio en México tiene que ser de manera paulatina, constante y profunda. Empecemos por saber lo que ya no queremos: ese es el primer paso. Los avances en la transparencia nos han llevado a develar verdades inconcebibles. Ahora no basta sólo con tener transparencia; ésta nos tiene que llevar al estado de derecho. Es por eso que hoy más que nunca se pone a prueba nuestra capacidad de observar, especialmente en el caso de las candidaturas independientes.

Llevo un tiempo queriendo escribir sobre las candidaturas independientes con la consigna de redactar algo que pueda ser valioso para la sociedad civil, más allá de mis posturas personales. Pero entre más leo y más videos, videoblogs, y propaganda política veo, menos quiero escribir de eso. Creo que los ciudadanos merecen una verdadera alternativa política independiente, que en México todavía no existe. Tenemos que trabajar aún más para que esto sea una posibilidad real. En algunos medios se presume que de ganar El Bronco, se abriría la puerta en 2018 para una candidatura presidencial independiente. En definitiva la opción está ahí, pero antes de formar una burbuja es necesario dar los pasos correspondientes para que las candidaturas independientes sean una posibilidad real en todas las entidades de la República.

Como nuestro lema en #cabildeociudadano es pasar de la protesta a la propuesta me gustaría tomar un ejemplo internacional con el objetivo de mirar la situación con un poco de distancia y proponer un camino para pasar de saber lo que no queremos, a tener claro el objetivo y actuar para lograr lo que sí queremos. Retomo el caso de la reciente victoria de Ada Colau, candidata independiente para la Alcaldía de Barcelona, una activista que vivió en carne propia los terribles efectos de la burbuja inmobiliaria, y trabajó en una campaña para evitar los desalojos forzados por los bancos. Su triunfo es producto de el trabajo colectivo organizado de muchos ciudadanos. Ella es un ejemplo para España, México y el mundo. Demostró con acciones y no con palabras que es posible hacer política de otra manera.

¿Qué hizo Ada Colau? ¿Cómo llegó a ser alcaldesa?

El triunfo de Ada Colau no es solamente suyo, como ella misma declara. Es una victoria ciudadana. Es el resultado de su trayectoria como activista social y política. Ada Colau es co-fundadora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Barcelona en 2009, institución de la cual fue portavoz hasta iniciar su corta pero exitosa candidatura independiente. Su campaña demostró que es posible una política colaborativa. Una de sus cartas más fuertes fue el manifiesto Guanyem Barcelona, publicado en internet y promovido por un grupo pequeño de ciudadanos vinculados a movimientos sociales, vecinales y del mundo académico y de la cultura. Éste manifiesto, entre otras cosas, logró la elaboración colectiva de un código de ética consensuado, que incluso determina los salarios tanto de la alcaldesa, como de los servidores públicos. Es un llamado ciudadano a reapropiarse de las instituciones y construir una candidatura de confluencia. Dicho código ético fue validado el 4 de diciembre de 2014 tras ser sometido a valoración ciudadana.

Si queremos candidaturas independientes y ciudadanas con posibilidades reales, tenemos que preparar el terreno para que eso suceda. En este momento histórico es imprescindible distinguir la paja del trigo. Es decir, empezar por distinguir candidaturas independientes con trayectoria política, de candidaturas ciudadanas. Es natural que al abrir la puerta a las candidaturas independientes, dicha plataforma pueda ser utilizada por ex-militantes de partidos que no ven alternativa dentro de su propio partido. Pero como menciona Maite Azuela en su artículo “Candidaturas de chocolate”, lejos nos vemos todavía de contar con mecanismos reales de una democracia participativa en la que la fiscalización y la rendición de cuentas no estén amenazadas por la partidocracia, y donde las candidaturas independientes sean reguladas de manera que se abran canales reales de participación para el ciudadano de a pie.

Que dichas candidaturas no queden en una gran ilusión usada como herramienta de la La orgía electoral, valiéndose de todas las triquiñuelas posibles con tal de llegar al poder. En este sentido es sumamente importante distinguir entre superar las diferencias para lograr un objetivo común al servicio de la colectividad, y formar alianzas para acceder al poder sin importar los medios.

El resultado obtenido en Barcelona hace unos días es consecuencia de una restructuración social que ha tomado años. Políticamente hablando, México no está en las mismas condiciones que España. Eso hay que reconocerlo. Y debemos de tomar los pasos necesarios para llegar ahí haciendo una revisión de las leyes, procesos, personas y actitudes que obstaculizan el camino, para liberarlo. En su reciente celebración del triunfo electoral Ada Palau comentó: No hemos ganado contra nadie, nos presentamos contra la corrupción, contra las malas prácticas, contra una economía injusta, contra instituciones que han gestionado de espaldas a la ciudadanía, pero sobre todo nos hemos presentado a favor de una política que ponga a la gente en el centro de todas las prioridades y a partir de ahí queremos construir“.

Volviendo a México, la resolución que emitió el Tribunal acerca del tope de financiamiento público para los independientes es histórica, pues abre las puertas a la igualdad de condiciones de los aspirantes independientes. Es un gran paso, pero no nos podemos quedar ahí. Aunque se ha avanzado en transparentar cierta información de los candidatos, como su nivel de escolaridad y experiencia política, eso no nos dice nada sobre su honestidad y compromiso con las causas que representan. El INE juega en esto un papel fundamental. La ley que rige a los candidatos independientes debe ser equitativa y apoyar a la difusión de las campañas independientes, especialmente las ciudadanas sin trayectoria política, para garantizar que ciudadanos de a pié también tengan una oportunidad real de participar en la contienda electoral. Esto todavía no está muy claro.

Por ultimo, vale la pena observar el caso particular de Jaime Rodríguez, El Bronco. No sólamente al candidato, si no también su estrategia. Más allá de que Jaime Rodríguez es en realidad un candidato político sin partido, lo cual es explicable, su caso ha demostrado cómo las redes sociales pueden transformarse en un tejido de personas organizadas a través de un medio digital.

Ésta estrategia, combinada con propuestas ciudadanas reales, puede abrir paso a nuevas formas de organización que hoy nos ayuden a sembrar el camino para generar una gestión pública que se lleve a cabo con ejemplaridad, sin promesas, teniendo siempre muy claro que el manejo de recursos públicos es un privilegio y una responsabilidad, pues esos recursos se logran gracias a la colectividad.

Julia Romero @Sashantia1

Comunicóloga y Maestra en Educación Intercultural


Bibliografía:

//www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2015/04/76078.php

//ciudadanosenred.com.mx/el-miedo-a-no-votar/

//www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2015/02/74733.php.

//cabildeociudadano.com/2015/03/31/el-no-voto-y-la-crisis-de-legitimidad-en-mexico-es-hora-de-ejercer-la-ciudadania/

//www.excelsior.com.mx/opinion/viridiana-rios/2015/05/03/1022100

//lasillarota.com/candidatos-independientes-podran-gastar-lo-mismo-que-candidatos-con-partido#.VVpjTNNViko

//lasillarota.com/el-bronco-y-el-pan#.VVzUjWBk6fQ

//www.sinembargo.mx/06-04-2015/1303299

//www.nytimes.com/2015/05/25/world/americas/el-bronco-blunt-frequently-obscene-and-aiming-to-run-nuevo-leon.html?smid=fb-share&_r=0

//ferriz.com.mx/videos/me-van-a-seguir-echando-mierda-que-les-va-a-rebotar/

//m.excelsior.com.mx/opinion/leo-zuckermann/2015/05/25/1025861

//www.jornada.unam.mx/2015/05/24/politica/008n1pol

//www.debate.com.mx/culiacan/Las-trabas-para-candidatos-independientes-20150525-0039.html

//www.reporteindigo.com/reporte/mexico/orgia-electoral

//es.wikipedia.org/wiki/Barcelona_en_Com%C3%BA

(imagen: www.revistarambla.com)

Olga González Martínez

En #cabildeociudadano entrevistamos a Olga González Martínez, Consejera Electoral del Instituto Electoral del Distrito Federal, para platicar sobre las implicaciones de la democracia más allá del voto, la participación ciudadana y las acciones que el IEDF está realizando para fomentar una ciudadanía consciente, activa, participativa y propositiva, con herramientas que posibiliten una incidencia real.

A continuación les compartimos la entrevista.

OGM: Creo que este es un momento ideal en el que podemos hablar de participación ciudadana por dos razones: la primera es que el Consejo actual del IEDF acaba de ser conformado el 1o de octubre del año pasado, merced de una reforma electoral que dota al INE de la facultad de nombrar a los consejeros en los organismos públicos locales electorales. Por otro lado, también la reforma electoral del año pasado amplía la participación ciudadana, el derecho de los ciudadanos de participar en la política. Lo hace de tres maneras: la primera a través de las candidaturas independientes, la segunda a través de la consulta popular y la tercera a través de las iniciativas ciudadanas. En este sentido se permite a la ciudadanía intervenir en la vida pública de una manera más amplia de la que se había tenido.

Específicamente en el Distrito Federal tenemos una Ley de Participación Ciudadana. El IEDF no solamente organiza las elecciones y hace el recuento de los votos, también tiene una participación muy activa en estos ejercicios democráticos. Por ejemplo, en noviembre del año pasado se llevó a cabo un ejercicio de participación ciudadana, de presupuesto participativo. ¿Qué significa esto? Que los ciudadanos van a poder decidir en qué se va a ejercer el presupuesto del 2% de cada una de las delegaciones; lamentablemente la difusión no ha sido tan amplia en este sentido. Por supuesto que el porcentaje que se le otorga al presupuesto para la decisión ciudadana es bajo, sin embargo tenemos ya experiencias de varios años en este sentido. Son mecanismos de participación donde los ciudadanos del DF determinamos qué es lo más importante para nuestra comunidad, lo que se hace con este dinero, y podemos tomar decisiones en temas de seguridad, parques públicos y luminarias.

#CC: Una pregunta para aclarar y hablar un poco más del proceso de participación. Tu nos estás diciendo que hay muchas maneras o hay muchos temas en los que la ciudadanía puede determinar ciertos usos del presupuesto, como en el caso de parques públicos. ¿Nos puedes hablar un poco más sobre el protocolo? ¿En qué sentido está dictaminado, hasta qué punto y sobre qué temas puede decidir la ciudadanía? Y ¿hasta qué punto ya no le corresponde a la ciudadanía?

OGM: En cada delegación se conforman comités y consejos por cada una de las colonias, barrios o pueblos (demarcaciones geográficas). De estos comités que son electos por votación popular se eligen cinco proyectos que tengan viabilidad. ¿Qué significa esto? 1) que el dinero que se les va a otorgar va al 100% para finaciar el proyecto y para asegurar que no se quede a la mitad. 2) que cada delegación cuente con la infraestructura humana y de recursos materiales para poder dar vida a este proyecto. 3) que sea una necesidad imperante en la comunidad. De estas se eligen entre una y cinco alternativas en cada una de las colonias, barrios o pueblos que existen en el Distrito Federal y se hace una elección directa, en voto libre y secreto, de los habitantes ciudadanos mayores de dieciocho años, en cada una de las colonias.

El IEDF organiza este ejercicio de participación ciudadana, hace el recuento de las opiniones, cuenta quién tuvo la mayoría de opiniones favorables y cuál fue el proyecto más votado, y entregamos a las delegaciones los resultados. Las delegaciones tienen forzosamente que ocupar este presupuesto en el proyecto que se haya votado.

#CC: ¿Cómo es el proceso para informar a los ciudadanos sobre estas decisiones? ¿A través de qué canales se hacen? Porque son procesos muy importantes, y existen muchas personas que no los conocen.

OGM: Los ciudadanos pueden registrar su proyecto (en fechas específicas) y con éste registro empieza la delegación a hacer un análisis de viabilidad. El IEDF por varios medios como spots en radio y TV, visitas en barrios y en colonias, actuaciones en calle, en redes sociales…invitamos a la ciudadanía a participar para que emitan su opinión. También es cierto que la ciudadanía del DF es muy amplia y es difícil llegar a todos los sectores, sobre todo con el presupuesto que tiene el IEDF para difundir estos ejercicios, aunque cada vez lo vamos a hacer mejor. Los spots en radio y televisión realmente son mínimos, los consejeros personalmente estuvimos en zonas de alto aforo como mercados y carreras deportivas, etc. para invitar a la ciudadanía a que participara. Esto se hace cada año. También quiero comentar, que tenemos la modalidad del voto, no nada más a través de forma directa presencial, si no que también, tenemos el voto electrónico. Podemos votar a través de nuestro teléfono celular, una PC, una tablet. Si entramos a la página web del IEDF nos redirecciona al micrositio donde tenemos el sistema de votación.

#CC: Es por eso que nos interesa difundir éste tipo de información en #cabildeociudadano, para dotar con herramientas a los ciudadanos para que puedan participar.

A parte de las visitas a las delegaciones y a ciertos eventos para acercarse a la gente, y tomando en cuenta que somos pocos quienes contamos con acceso a internet, ¿contempla el IEDF, en el caso de tomar alguna decisión sobre un parque público, por ejemplo, poner un stand de información para explicar los detalles sobre el proyecto? ¿Cómo son esos acercamientos del IEDF con la población para informar sobre esto?

OGM: Te voy a hablar de dos cosas. La primera es la feria de promoción para que la gente participe. Voy a poner otro ejemplo. El sistema de transporte colectivo Metro nos hizo favor de sacar un boleto conmemorativo en octubre. Sacó un tiraje de diez millones de boletos, y en éstos venía justamente la promoción de la consulta ciudadana sobre el presupuesto participativo, las fechas y cómo participar en el proceso. Por otro lado también tenemos spots de radio y televisión e inserciones en medios escritos. Hacemos perifoneo, hacemos asambleas vecinales y participación en ferias y en eventos públicos. ¿Qué pasa después? ¿Qué pasa cuando se elige un proyecto y se le dan a la delegación los resultados y el presupuesto que tiene que ejercer? En ése sentido el IEDF está muy interesado en rendición de cuentas, en transparencia, en verificar efectivamente que el proyecto que ganó sea acreedor del presupuesto y que se ejecute. La legislación no nos permite en este momento meternos en la rendición de cuentas de las delegaciones, sin embargo hemos pensado abrir un micrositio en la página del IEDF en el cual podamos dar cuenta del avance de las obras y los proyectos ganadores.

#CC: De cara a las próximas elecciones de junio nos gustaría abordar el tema del voto. En México estamos viviendo en un sistema democrático en el que el voto es símbolo casi máximo de participación. Bien es cierto que el voto es el puente o primer paso para la elección de los representantes políticos y un medio para la participación ciudadana. Sin embargo, se han estado manifestado distintas posturas al respecto, como lo es la postura concreta de no votar. A partir de lo que el politólogo Mauricio Merino dice, “nuestros representantes son nuestros gobernantes y sólo pueden ser nuestros gobernantes si nos representan”, ¿cuáles son las posibilidades de participación para quienes sienten que votar es avalar un sistema con el cual no están de acuerdo?

OGM: En la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos el voto se ve como un derecho y como una obligación. Es decir, no solamente tengo el derecho de elegir a mis gobernantes si no también la obligación de hacerlo. Sabemos que es una ley imperfecta porque no tiene castigo, sin embargo es necesario e invito a la ciudadanía a ejercer ese derecho y a cumplir con esa obligación. Coincido en que debe haber un voto razonado; que la desilusión de muchos mexicanos por muchos casos de corrupción, de mala administración en la política, pueden llevar al descontento de muchos ciudadanos y orillarlos a tomar la decisión de no participar por no avalar un sistema politico con el cual no están de acuerdo. Sin embargo, es importante la participación para el cambio de éste sistema. Creo que es imprescindible que caminemos hacia un sistema de rendición de cuentas. Considero que la reforma electoral ahora comprende una figura que pudiera traducirse en rendición de cuentas que es la re-elección. Es decir, si yo veo que un diputado, que un senador, que un presidente municipal trabajó muy bien, pues entonces le doy mi voto para re-elegirlo. Y si considero que tuvo una mala administración, que no me siento representada por ese servidor(a) público(a), pues entonces le otorgo mi voto al de enfrente. Lo castigo con mi voto. Eso posibilita a los ciudadanos a tener un mayor control sobre la transparencia y la rendición de cuentas. Ya los veremos en el 2018 de esta re-elección que va a ser efectiva podremos nosotros, los ciudadanos, castigar o premiar a los y las que hayan hecho una buena actuación. Específicamente en el IEDF ¿qué estamos haciendo para poder contar con un voto razonado? Estamos construyendo una página de internet para conocer el perfil de los candidatos. Va a tener el perfil curricular de experiencia en el servicio público, el control de confianza y la declaración patrimonial. Con esta herramienta los ciudadanos podrán tener un voto más razonado y no sentirán que van a votar por el señor del pendón de la esquina.

#CC: Más allá de quiénes se presenten como candidatos dentro de este contexto, hasta ahora hemos hablado de ejercer el voto para participar. El voto es solo una de las herramientas de participación ciudadana. ¿Qué esta haciendo el IEDF para promover otras herramientas de participación que no están solamente relacionadas con el voto? ¿Para la ciudadanía no hay posibilidades de participación sin el voto? ¿O cuáles son las oportunidades de participación para la ciudadanía más allá del voto?

OGM: Bueno estamos hablando del voto activo y del voto pasivo ¿no? El voto activo es el que damos todos los ciudadanos, manifestamos nuestra voluntad sobre tal o cual candidato para participar. En cuanto al voto pasivo, es decir, los candidatos independientes a los que queremos llegar, quisiera comentar que en esta reforma que acabamos de vivir y que estamos comenzando a ejercer en este año, se contempla la figura de candidaturas independientes. Claro que se contempla, dejame decirlo así, y desde mi perspectiva, es una manera de transición hacia una forma de participación más amplia. Un poquito de historia, no es la primera vez que tenemos candidaturas independientes en México. En la ley de 1911 contemplaba esta figura, tuvo consecuencias muy importantes en la configuración del congreso. Te pongo un ejemplo importante: en 1918, de 199 diputados federales sólo 22 fueron candidatos de partidos, el resto eran candidatos independientes. Esto cambió con la reforma de 1946; en esa reforma se restableció el derecho exclusivo de los partidos políticos para postular candidatos. Y desde 1946 es hasta 2012 cuando se vuelve a poner las candidaturas ciudadanas en el panorama politico de México.

Al parecer existe un consenso en los países de todo el globo que permiten a las candidaturas independientes exigir para su registro una determinada cantidad de firmas de apoyo del candidato, claro el elemento importante es cuántas ¿no? Si ponemos un número muy alto se puede desvirtuar la figura de la candidatura independiente e impedir a los ciudadanos participar en la elección. En la mayoría de las legislaciones existentes el apoyo es entre el 0.1 y el 5% de los electores de un determinado distrito o municipio, o de un área geográfica. Algunos países también ponen requisitos adicionales, por ejemplo: no ser miembro de un partido politico en el momento de la postulación, o bien, pagar una fianza como es el caso de Irlanda. En los estados de la República se ha legislado en el caso de las candidaturas independientes. En algunos se han pedido requisitos excesivos para su registro. Por ejemplo en Zacatecas se requería el 5% de firmas para postularse al cargo de gobernador y 15% de firmas para ser diputado local. En este sentido es paradógico que sea más sencillo registrar un partido politico, donde se pide el 2% de firmas, que a un candidato independiente. Con esto se limita prácticamente el acceso ciudadano. Otro ejemplo Quintana Roo. En Quintana Roo se permite postular sólo un candidato independiente para cada uno de los cargos. En ese sentido los ciudadanos interesados tienen que entrar a una contienda interna, a una pre-campaña o movilizar a la ciudadanía para que voten por ellos, es decir, solamente puede haber un candidato por cada cargo. Claro, esto nos puede candidaturas más fuertes y más posibilidades de ganar, sin embargo también limita la participación ciudadana. En 2012 la iniciativa de reformas del COFIPE propuso establecer como requisitos de registro el 0.13% de las firmas y restringía la participación a dos candidatos independientes por cada cargo.

Ahora la pregunta es ¿cómo garantizo la participación de los ciudadanos como candidatos en las elecciones y que tengan posibilidades reales de ganar? Yo considero que hay un reto pendiente de los legisladores de cómo equilibrar la competencia electoral entre los candidatos independientes y los que cuentan con el apoyo de algún partido politico. Es decir, existe la necesidad de crear un modelo de competencia electoral en México a partir de la apertura de los derechos politicos de los ciudadanos. Sin embargo también quería comentar una postura que a mí me parece adecuada. José Woldenberg lo ha dicho en varios foros -que si bien es cierto que el artículo 35 nos da a los ciudadanos los derechos para poder ser votado para todos los cargos de elección popular, también es cierto que el sistema de partidos es indispensable para el desarrollo de la vida democrática del país. Esto viene desde la Antigua Grecia en la representación popular. Finalmente el candidato independiente tiene que agrupar a una serie de ciudadanos para que lo apoyen. Porque, finalmente ¿qué son los partidos políticos? un grupo de ciudadanos apoyando a otro grupo de ciudadanos para que accedan al poder. Y bueno el régimen de partidos está creado en México con entidades de interés público que tienen ciertas responsabilidades, ciertas obligaciones, lo que permite que la sociedad esté organizada en el quéhacer político.

#CC: Claro, en la teoría es un grupo de ciudadanos apoyando a otros para adquirir poder. En la práctica vemos que en las democracias más avanzadas se están moviendo hacia una democracia más participativa que hacia una democracia representativa. Y una democracia participativa permite que los ciudadanos se representen a sí mismos. En ése sentido juegan también los medios de comunicación un rol, de ser un espacio muy importante. Que es el tema que nos lleva a la siguiente pregunta. Los medios de comunicación, según varios sociólogos, entre ellos Manuel Castells, no son un cuarto poder, si no que son el espacio donde se deciden las relaciones de poder, donde se ejerce el poder y donde se crea el poder. Porque el problema con las candidaturas independientes y lo ha sido desde inicios de la historia de México es, que están allí, pero no están realmente en el espacio donde se decide el poder y no tienen, por comparación, la más minima influencia o recursos como para poder tomar un lugar en ese espacio

¿En qué sentido puede apoyar una institución como el IEDF a las candidaturas independientes para tener un espacio en este medio, en el ring donde se decide el poder? ¿Cuáles son las acciones que tu consideras nos van a ir llevando hacia una democracia que permita que realmente las candidaturas independientes entren en ese espacio, pasando de la opción a la posibilidad real de tener un espacio en el gobierno?

OGM: Bueno, hemos llegado a ésta situación porque el lenguaje de la antipolítica ha avanzado mucho entre nosotros. Los instrumentos con los que se construye la aspiración democrática y se consolidan los regímenes democráticos, tienen pésima fama. Los politicos, los partidos, se han convertido en lo peor, que solo ven por sus intereses. No es que los partidos no merezcan ser criticados pero esta retórica contrapone a los ciudadanos contra los partidos politicos. Y en lugar de asumir con seriedad que la reproducción de un sistema democrático necesita auténticos partidos que le den la vuelta al asunto, que estén con la sociedad, que no sean corruptos, entonces se pretende darle la vuelta sacando la candidatura independiente como una alternativa; es decir ¿cómo estos ciudadanos que no están contaminados no van a ser contaminados después? Aquí el problema es la corrupción, que los partidos están muy lejos de la ciudadanía y no velan por sus intereses. Cuando lo que realmente deberíamos de hacer y hacia donde deberíamos de caminar es hacia la transparencia, la rendición de cuentas, hacia decirle a los partidos politicos y hacia los representantes de la sociedad en general que no estamos contentos, que no nos están representando como deben hacerlo, que deben dejar de ver por sus intereses, y acercarse al pueblo. Lo bueno es que por esta vía se le da frescura a la contienda electoral y al mundo de la representación. Lo malo es que se desaprovechó la oportunidad para replantear con seriedad los requisitos para construer nuevos partidos, para facilitar la entrada al universo electoral de corrientes ideológicas que no se sientan representadas.

La reforma electoral permitió que ahora tengamos 10 partidos politicos, es decir, mejoró o facilitó la creación de nuevos espacios con nuevas visiones de representación. Pero, finalmente, la responsabilidad de la transparencia va hacia un partido político; a éste, el Estado le da dinero para promover la vida democrática del país, para la promoción de que jóvenes y mujeres participen cada vez más en política, y nosotros como autoridad electoral y como ciudadanos debemos obligarlos a llegar a esto. Considero que en esto vamos en el camino adecuado para llegar a una legislación que nos permita una mayor rendición de cuentas.

Yo clasificaría la última reforma politico-electoral de México como una reforma de transición. Estamos transitando de dos modelos, uno federal y varios locales, hacia un modelo nacional. Y de la misma manera estamos transitando en la participación ciudadana, de una figura de candidato independiente en la cual se torna difícil accede al poder. Sin embargo, es un paso adelante en el cual tenemos que seguir trabajando, y los legisladores tienen un reto en este sentido. Quisiera poner en la mesa qué pasaría si tuviéramos muy pocos requerimientos para las candidaturas independientes, que tuviéramos 146 candidatos, y que a cada uno habría que darles recursos para su campaña. ¿Qué tal que estos ciudadanos no tuvieran la seriedad que lo amerita? En ése sentido tiene que haber un equilibrio en el cual le demos seriedad y pongamos en la arena a ciudadanos que efectivamente tienen respaldo contra aquellos en los que vamos a erogar dinero y que realmente no van a tomar enserio esto. Debemos llegar a un punto medio.

#CC: ¿Cuáles son las acciones y programas en concreto que se están llevando a cabo para la formación de una ciudadanía que pueda hacer contrapeso a todas las cuestiones de corrupción y falta de transparencia? ¿Qué se contempla como educación cívico-democrática más allá de fomenter el voto? ¿Cómo contribuyen a caminar hacia una democracia de mayor transparencia y rendición de cuentas?

OGM: El IEDF tiene una gran trayectoria en educación cívica. Carlos González Martínez, miembro del Consejo, ha impulsado programas que ya tenía el Instituto tales como talleres en materia de educación cívica. Tenemos una ludoteca cívica en la cual, por medio de cuentos y obras de teatro acercan a los niños a educación cívica. Todos los años hacemos el concurso de cuento infantil y juvenil, tenemos publicaciones, concursos de debate, ayudamos a organizar elecciones en escuelas públicas y privadas; tenemos un programa muy amplio y creativo de educación cívica. Lo que hace falta es la difusion de todos estos programas.

#CC: Olga, muchas gracias por tu tiempo y por la información tan valiosa que compartiste con nosotros sobre lo que está haciendo el IEDF para que los ciudadanos tengamos mayor participación y logremos mayor incidencia.

OGM: En eso estamos, trabajando por la democracia de la Ciudad de México. Les agradezco mucho y me reitero a sus órdenes. Buenas tardes.


Bibliografía:

www.iedf.org.mx

– Maite Azuela, “Independientes de chocolate”, en

//www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2015/02/74733.php

– Mauricio Torres, “El nivel de abstencionismo “aceptable” pero crece en los últimos comicios”, en

//mexico.cnn.com/nacional/2012/03/26/el-nivel-de-abstencionismo-aceptable-pero-crece-en-los-ultimos-comicios

– Mauricio Merino, La participación ciudadana en la democracia. Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática, en

//www.ine.mx/documentos/DECEYEC/la_participacion_ciudadana_en_la.htm

– Salvador Camarena, “Dos mujeres, un distrito y dos desgracias”, en

//www.elfinanciero.com.mx/opinion/dos-mujeres-un-distrito-y-dos-desgracias.html

– Javier Sánchez Galicia, “Voto leal y voto switcher. ¿Quién define una elección?, en

//www.slideshare.net/sanchezgalicia/voto-leal-y-voto-switcher

– Olga González Martínez: Twitter @ingolgaglez Facebook: Olga González Martínez

(imagen: Facebook/OlgaGonzálezMartínez)

Entrevistadoras: Julia Romero Villa y Sofía González Díaz

En una democracia funcional no existe votar por el “menos peor”

voto nulo

Una de las críticas más fuertes a los partidos políticos dentro del marco democrático es su tendencia a la exclusión. A lo que la Dra. Denise Dresser ha llamado en numerosas ocasiones el régimen de la partidocracia. Vivimos en un país en el que las malas prácticas de un partido se convirtieron en el status quo de la clase política. Es por eso que en la presente entrada planteo la perspectiva del No Voto y la participación ciudadana más allá del voto. Porque el votar como un hecho aislado no es necesariamente lo que nos hace ciudadanos.

Denise Dresser y otros periodistas de talla internacional han hablado en numerosas ocasiones sobre el andamiaje del sistema político mexicano, calificándolo de obsoleto o arcaico al referirse a la estructura del sistema en sí. Para poder ofrecer una perspectiva sobre el abstencionismo (o postura del No Voto) es necesario analizar al sistema político como un sistema disfuncional. Es por eso que decidí ahondar en esta perspectiva tomándola en cuenta como una voz o conjunto de voces, desde el respeto a su libertad de expresión, y desde lo que el mensaje de estas voces significa para el sistema y la participación ciudadana.

Es el sistema el que está corrupto, como menciona el periodista Jorge Zepeda en su artículo publicado en El País “Un país empriantanado”. Zepeda escribe: “El PRI ha convencido a las élites de las ventajas de chapotear en el lodo y de paso ha convertido la vida pública en un pantano infesto en el que todos ellos abrevan.” Pero la democracia no se agota en las elecciones. En otras palabras, la participación es indispensable para integrar la representación de las sociedades democráticas a través de los votos, pero no es la única posibilidad de participación. Una democracia funcional requiere de múltiples mecanismos de participación que garanticen que las voluntades diversas de la sociedad sean escuchadas y sus necesidades sociales sean atendidas.

Porque los candidatos, sean de partidos o independientes, una vez electos dejan de representar a los intereses de sus partidos y es su obligación representar a todos los ciudadanos. Una vez constituidos los órganos de gobierno, la participación se convierte en un campo de acción donde la sociedad civil puede y debe hacerse presente en la toma de decisiones políticas, pues estas decisiones afectan su vida cotidiana. `Participación también contiene “aquellas actividades legales emprendidas por ciudadanos que están directamente encaminadas a influir en la selección de los gobernantes”. A esto llamamos cabildeo ciudadano: ciudadanos comprometidos con una agenda social, que vigilan, accionan y evalúan y corrigen el rumbo de las políticas públicas que afectan el bienestar de todos.

Lester W. Milbrath, autor norteamericano de los años sesenta, sugiere que todos los ciudadanos tienen una forma específica de participación. Él compara la arena política con un arena de circo romano en donde concibe tres tipos de participantes: gladiadores, espectadores y apáticos. Sin espectadores, los gladiadores sencillamente dejarían de existir en la democracia, o peor aún, se convertirían en un espectáculo absurdo.

Entre las conclusiones de la investigación de Milbrath resalta que, aunque es prácticamente imposible que todos los ciudadanos participen de manera directa en la vida pública (pues es una situación utópica pensar que todas las personas pueden estar informados sobre todos los temas relevantes de la agenda política y social), es necesaria una cuota de participación en la que los ciudadanos se encuentren informados y activos en cuestiones públicas. Es imprescindible monitorear y evaluar las acciones de los gobernantes, y en caso de haber tomado un rumbo incierto, equivocado, o ilegal, tener la capacidad de corregir el rumbo.

En vísperas de las próximas elecciones son muchos los ciudadanos que expresan su apatía y legítimo disgusto, así como su voluntad de no votar a través de las redes sociales. Es entendible y hasta aplaudible que los ciudadanos, dentro de este contexto, manifiesten las razones por las cuáles han decidido no votar. Entre ellas se lee el disgusto de no querer participar de un sistema que está corrupto y al que no ven posibilidad de salvar.

Usando el ejemplo de Milbrath, hay muchos ciudadanos que han decidido y están decidiendo no participar de un espectáculo absurdo. El bajo porcentaje general de participación en las elecciones es alarmante. En países como Alemania, llegar a un porcentaje tan bajo de participación como el que en México se conoce como “normal” implicaría la caída del sistema. Eso no sólo significaría que el gobierno está haciendo muy mal su tarea, si no que el sistema de gobierno perdería la credibilidad. Si el voto nulo comunica la inconformidad con los candidatos, el no voto comunica la inconformidad con el sistema.

Es indispensable que el gobierno y la ciudadanía escuchen a las voces que están diciendo “no voy a participar de este sistema” porque los políticos, una vez que han sido elegidos, están en esa posición para representar a todas las voces. En una democracia funcional tiene tanto derecho el que expresa su disconformidad no votando como el que está convencido de un partido. En una democracia funcional no existe el “votar por el menos peor” o peor aún, valga la redundancia, “si no votas te jodes y no tienes derecho a reclamar”. Para entrar en una verdadera democracia tenemos que salir de ahí; tenemos que tener la capacidad de comprender e internalizar nuestros derechos y los derechos de todos.

Ejercer la ciudadanía en El país de uno, como diría Denise Dresser. Apropiarse de las calles, en el buen sentido, significa retomar el poder que “nos han quitado”, y lo pongo entre comillas porque no nos sirve de nada tomar el rol de víctimas. En realidad, para que alguien nos quite algo hace falta que renunciemos a que tenemos algún poder, control o influencia sobre nuestro entorno. Hasta cierto punto y por distintas razones hemos permitido que nos arrebaten de la mano el país y casi sin chistar, incluso enojándonos con los que chistan y reclaman sus derechos “porque nos es inconveniente que marchen y paralicen la ciudad”.

En la crisis actual por la que México está pasando es momento de tocar fondo y retomar las riendas de nuestro poder personal, ejercer el poder de los ciudadanos. Es tiempo de hacer una mirada crítica, y muy crítica, sin paleativos, sin engrandecer ni minimizar ningún hecho y sin depender de que “alguien más” lo haga primero o lo haga por nosotros. Dejar de ponerle adjetivos y pretextos a la democracia. Separar la paja del trigo. Dejar ir aquello que no funciona para abrir los ojos y ver nuevas posibilidades.

Es tiempo de acabar con la impunidad, sumarse a iniciativas, denunciar la corrupción, ejercer presión para que se haga justicia. Apoyar informando, debatiendo, escuchando a las necesidades del pueblo, contribuyendo a crear sociedades más justas. Es momento de salir de la mera indignación para pasar a la acción. Tomar nuestro rol como ciudadanos y contribuir a que otros tomen el suyo también. Hoy más que nunca se requiere de una capacidad de escuchar.

Apelando al llamado de la Dra. Dresser a asumirnos como héroes y retomar la valentía del personaje Frodo en El Señor de los Anillos, podemos decir que es imprescindible analizar y distinguir que lo que está mal es que el sistema no es un sistema democrático. Es un sistema feudal con algunas prácticas democráticas. En sus palabras “Una democracia condenada a la baja calidad, a la representación ficticia, al mal desempeño institucional, a partidos políticos alejados de las necesidades de la gente, aunque logren convocar a la gente al zócalo o a la sede partidista. A empresarios que le exigen al estado que cobre más impuestos, pero no al sector privado. A élites políticas adeptas en tomar decisiones cuestionables, corroídas por divisiones internas, incapaces de resolver problemas perennes de desigualdad y violencia. Todo ello producto de un sistema político y económico que demuestra serias fisuras”.

Es responsabilidad de los ciudadanos hacer esa distinción y saber que ese sistema es obsoleto, y nuestro rol es hacernos presentes para defender la vida, cada uno desde su posición. A este llamado no están excluidos los legisladores. Al contrario, lo primero que tiene que cambiar en nuestras mentes es que podamos comprender lo que significa realmente la democracia, para no conformarnos con algo que parece pero que en realidad no lo es y nunca lo será. Sin perder de vista lo anterior y escuchando a las demandas de la sociedad, desde este blog iniciamos y conducimos el diálogo hacia el ¿cómo sí?, pues tenemos claro lo que ya no queremos. Es tiempo de tener claro como sí queremos vivir, como sí queremos actuar, hacia dónde queremos movernos como sociedad. 

Julia Romero @Sashantia1

Comunicóloga y Maestra en Educación Intercultural

Bibliografía:

  • //www.alternancia.com.mx/trabajara-iedf-en-programa-de-promocion-del-voto/.
  • Krauze, Enrique (1997): La presidencia imperial. Ascenso y caída del sistema político mexicano (1940-1996). 1a. ed. Barcelona: Tusquets Editores (3).
  • Maite Azuela (2015): Independientes de chocolate. El Universal.mx. Available online at //www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2015/02/74733.php.
  • Mauricio Merino: La participación ciudadana en la democracia. Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática. Instituto Federal Electoral //www.ine.mx/documentos/DECEYEC/la_participacion_ciudadana_en_la.htm#autor.
  •  //internacional.elpais.com/internacional/2015/03/11/actualidad/1426103816_030550.html

(Imagen: //lobos-solitarios.blogcindario.com)

Nadie puede quedar impune: ni las empresas, ni los gobernantes, ni los ciudadanos.

Filantropía CorporativaRetomando el tema de la Filantropía Corporativa quiero hablar de los contrapesos que existen para los proyectos sociales haciendo referencia a un artículo que se publicó en Santacruz International Communications titulado De la Filantropía Corporativa a la Empresa Social, que describe la evolución de las actividades sociales en las empresas, así como la fusión de estructuras de organizaciones civiles con las del sector privado para formar el denominado cuarto sector o empresas sociales. Este documento se puede consultar aquí

Ante un panorama tan difícil y nublado como por el que está pasando México hoy me parece importante recalcar las diferencias entre las diversas formas que existen de participar socialmente desde distintos ángulos, con conocimiento de los contrapesos que hay dentro del desarrollo social, y de cuáles perspectivas aporta cada actor. Es preciso clarificar cuáles son las dinámicas de cambio y desarrollo social y el rol que juega cada uno de sus actores, lo cual considero de ayuda ante el descontento general que existe frente a la relación entre las empresas y sus intereses económicos dentro del marco del desarrollo social (como lo es, por ejemplo, el caso del Teletón).

Actualmente la relación entre empresas y organizaciones se percibe en México casi exclusivamente en el marco de donante-donataria. Esto ha sido un gran reto para el sector de las OSCs pues, en general, el perfil conservador de la mayoría de los donantes se inclina mayoritariamente a apoyar proyectos asistenciales y no de incidencia social, pues los primeros son más fáciles de comercializar. Siempre es más fácil hacer una campaña donde la empresa muestre cómo se repartieron cobijas a niños con frío y sin hogar. Sin embargo, tratar directamente las causas y transformar las políticas que hacen que esos niños no tengan un hogar tiene mucho mayor impacto social (Santacruz International Communications).

Dicha relación no es negativa per se. Al contrario, mucho se pueden beneficiar ambos sectores de la experiencia de cada uno, pues los dos tienen la capacidad de permanecer en el tiempo más allá de la alternancia de gobiernos. Muchas veces es incluso por esa razón por la que las iniciativas de proyectos sociales permanecen, gracias al contrapeso económico que una empresa puede aportar para la continuidad del mismo, en colaboración con organizaciones civiles focalizadas en grupos vulnerables.

El Teletón es un caso, como muchos otros, dónde la relación se desvió de su propósito; el barco se desvió de su curso, y para solucionarlo no es necesario quemarlo, si no detectar por qué, cuándo y cómo sucedió dicha desviación para poder redireccionarlo. Hoy el Teletón es el caso más visible pero eso mismo puede suceder con cualquier otro proyecto. Si nos vamos a las causas y no a los síntomas podremos incidir en aquello que hace que dichos proyectos desvíen su propósito, se utilicen de pantalla para evadir impuestos, o que se dé prioridad a proyectos no por su impacto social, si no por su relación comercial con el gobierno (en el caso del Teletón por ser un proyecto meramente asistencialista y no de incidencia). Para esto se requiere de un cambio también en las mentes de quienes apoyan estos proyectos y, entre ellos, los ciudadanos. Hay que formarnos como ciudadanos y generar la capacidad de apoyar la incidencia en políticas públicas.

Planear a largo plazo. Salir del cortoplacismo que tiene al país siempre “resolviendo” crisis en el momento sin capacidad de prever, sólo de reaccionar. En ese sentido, la sociedad civil puede y debe fungir como un contrapeso social ante los intereses meramente económicos monitoreando, regulando y evaluando constantemente dichas iniciativas. Cada actor es importante. En una entrada anterior mencionamos cómo dar seguimiento a las iniciativas a través de una herramienta fundamental que es el monitoreo. Dar seguimiento a las iniciativas con objetivos claros, y una vez cumplidos esos objetivos, avanzar hacia los siguientes objetivos del mismo tema.

En las democracias más avanzadas la sociedad civil funge como un contrapeso a los intereses económicos; esto no sólo es responsabilidad del gobierno, aunque a éste le corresponde regular gran parte de dichas actividades. Para ello se requiere que la población esté bien informada de cómo funciona su sociedad, esté consciente de sus derechos, esté en capacidad de reclamarlos, conozca los procesos y procedimientos para llevarlos a cabo, y que se aplique la ley. Pero no sólo por los ministerios de justicia, si no por los mismos ciudadanos. Y nadie puede quedar impune: ni las empresas, ni los gobernantes, ni los ciudadanos.

Fuente:

De la Filantropía Corporativa a la Empresa Social, Santacruz International Communications //santacruz-ic.com/es/issue/ow12/

[Imagen: //www.actualidadendesa.com]

Julia Romero,

Comunicóloga y Maestra en Educación Intercultural

@Sashantia1

Partidos políticos, funcionarios públicos y sociedad civil bajo un esquema de transparencia y libre expresión

transparencia y rendición de cuentas partidos políticos

Uno de los escándalos más sonados en los últimos meses es el relacionado con la construcción de la presa “El Titanic” a cargo del gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías. El gobernador mandó construir esta obra hidráulica de 120 metros de longitud y 80 de altura en 2011. El tema en disputa sobre la presa es que ésta colapsó recientemente producto del huracán “Odile”, afectando a pobladores y sacando a la luz que dicha obra estaba construida en un terreno perteneciente al gobernador, la cual almacenaba el agua y provocaba escasez en la zona a pesar de ser hecha con dinero público.

El origen de la corrupción en el país es tema de amplio debate entre sociólogos y politólogos. México es una república que organiza su democracia a partir de un sistema de partidos que dan forma y orden a la representatividad política y social. En este sentido, es responsabilidad de los partidos brindar una oferta ideológica y política a los ciudadanos para que se organicen y puedan participar en las contiendas electorales de las que salen los representantes que ocupan puestos de representación popular. Sin embargo, los problemas de representatividad que enfrenta la política mexicana son auspiciados en gran parte por los acuerdos partidarios existentes, los cuales perpetúan leyes y reglamentos que ligan su desempeño y carrera política con los intereses de su partido y no con los de la ciudadanía que en teoría representan.

En este esquema tampoco existen procesos de rendición de cuentas detallados al interior de dichos organismos políticos, hecho que favorece la opacidad y encubre casos de corrupción sin que haya de por medio juicios o procesos penales en contra de aquellos que violen la ley o se encuentren en posiciones comprometidas, como el gobernador Guillermo Padrés o como el caso del que fuera líder del PRI en el DF, Cuauhtémoc de la Torre. Esta falta de compromiso con la legalidad ha propiciado que los partidos en muchas ocasiones terminen siendo cajas negras que ejercen recursos públicos sin rendir cuenta total de sus gastos y las actividades ciudadanas que desempeñan.

Los partidos como organismos políticos encargados de formar líderes sociales también han visto mermada su legitimidad, arropando militantes que no se apegan a la legalidad y encubriendo actos ilegales.

En este contexto, existe una propuesta emanada del “Tercer Congreso Nacional Ciudadano” organizado por Gilberto Lozano, el cual expresa una nueva interpretación sobre qué son los partidos políticos y cómo deben ser abordados los problemas surgidos de la cesión de la soberanía democrática.

Estos nuevos términos ciñen el desempeño partidista a la lógica laboral, argumentando que los funcionarios son trabajadores al servicio de los ciudadanos y que la sociedad civil, al pagar sus contribuciones tributarias, es dueña del destino laboral de todos los representantes elegidos o desempeñando algún cargo público. En resumen, bajo esta interpretación los partidos políticos son fiscalías de reclutación laboral donde quienes mandan son quienes pagan los impuestos.

Más allá de la conveniente o de lo políticamente correcto en términos conceptuales, es importante señalar que dicha solución tiene como origen los problemas de corrupción y el riesgo de permitir que personas de reputación comprometida o cuyo respeto al estado de derecho no sea una constante puedan afectar al sistema político y a las decisiones del país. El problema no es sencillo porque deben intervenir partidos políticos, funcionarios públicos y, desde luego, la sociedad civil bajo un esquema de transparencia y libre expresión, manifestado en medios de comunicación de calidad; de ahí la importancia de que temas como el del gobernador Padrés salgan a la luz pública y se discutan. Si bien no hay sistema político perfecto, sí deben existir los suficientes mecanismos legales y sociales para evitar que actos de corrupción tan flagrantes permanezcan impunes y sin consecuencia alguna.

(imagen: //mexicanadecomunicacion.com.mx)

¿Dónde iremos a buscar modelos?

La América Española es original, originales han de ser

sus instituciones y su gobierno y originales los medios de fundar uno y otro.

O Inventamos o Erramos.

 Simón Rodriguez

radiocomunitaria

Revisando algunas publicaciones acerca del impacto que hasta ahora ha tenido la #LeyTelecom, me encontré con el artículo de @majosiscar sobre el amparo que interpusieron hace 3 semanas ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cinco radios comunitarias que afirman que, aunque la reforma de Telecomunicaciones reconoció por primera vez la figura de “radios comunitarias”, “atenta al derecho de los pueblos a la información”, según la Asociación de Radios Comunitarias (AMARC).

Gisela Martínez, coordinadora del área jurídica de AMARC México, resume el impacto de estas leyes secundarias en tres puntos: “Se violenta el acceso a las frecuencias, vuelve insostenibles económicamente a las radios que ya operan legalmente y es intrusiva en sus contenidos”. Ya no es posible que los pequeños negocios pauten en este espacio comunitario, no pueden recibir donaciones si la entidad no está acreditada como donataria autorizada, no es permitido conseguir financiamiento privado ya que son emisoras “sin ánimo de lucro” y por si fuera poco, los requisitos para obtener el permiso de transmitir son una traba para el fortalecimiento de este medio social. Algunos de dichos requisitos son:

  • Demostrar capacidad financiera a través de una cuenta bancaria (además del costo que esto implica, muchas de las comunidades están ubicadas en zonas donde no hay sucursales bancarias)
  • Presentar estudio técnico realizado por una entidad acreditada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) (esto puede costar hasta cien mil pesos)
  • Carta Programática aprobada por la Secretaría de Gobernación
  • Estar legalmente constituido

 

¿Que tipo de relación social está impulsando esta clase de reformas?

Dejando de lado un poco las cuestiones legales, es válido ir más allá y ver que esta legislación atenta contra una forma de democratización de la comunicación que la sociedad civil ha tomado en sus manos. México es un país sumamente diverso, con 68 pueblos indígenas y más de 85 idiomas distintos según el INEGI. Tiene un espacio importante en las radios comunitarias que han logrado atender a los intereses propios de estos grupos específicos y abrir escenarios para la inclusión basados en relaciones horizontales. Han surgido como respuesta al acceso restringido a los medios tradicionales en algunos territorios, y a la falta de identificación de la población con los contenidos de los medios privados y monopolios de la comunicación.

El sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman[1], en su libro “Modernidad Líquida”, habla acerca de las características de la sociedad capitalista. Entre ellas resalta el individualismo que marca las relaciones actuales y las torna precarias, transitorias y volátiles, subrayando cómo la esfera comercial termina por impregnarlo todo, y cómo las relaciones en las sociedades se miden en términos de costo-beneficio en el estricto sentido financiero, resultando en lazos solidarios frágiles que terminan dependiendo únicamente de los beneficios que generan.

[1] BAUMAN, Zygmunt, Modernidad líquida, Editorial Fondo de Cultura Económica, México DF, 2004

El ejercicio que suponen las emisoras comunitarias precisamente es un movimiento en contraposición a este individualismo del que nos habla Bauman, que además de no tener fines de lucro, logra una transición de una existencia individual aislada a la existencia social comunitaria: activando a la población para que realicen actividades colaborativas que buscan el interés general, fomentando un espacio para el ejercicio ciudadano a través de la auto organización, y compartiendo conocimientos, opiniones y percepciones en cuanto a temas nacionales que sin lugar a duda transforman las relaciones sociales y fortalecen la identidad de los pueblos. A través de éstas difunden su propia cultura, perpetúan las tradiciones y fortalecen el uso de lenguas tradicionales.

Además de todo esto, la relación permanente con los escuchas de las radios comunitarias hace que el proceso comunicativo sea totalmente distinto al de los medios de difusión de los grupos hegemónicos. Los receptores se convierten también en interlocutores que emiten, hay posibilidad de diálogo y los mensajes están al servicio de la sociedad (desde lo más sencillo, como los clasificados de objetos perdidos, hasta servicios sociales como la pérdida de personas o animales). En este sentido, el intercambio de experiencias y la socialización de conocimientos promueven la participación activa y crítica, actuando en pro de la sociedad.

¿Que clase de comunicación queremos para nuestra sociedad?

El Argentino Mario Kaplún, comunicador y educador, es reconocido por su gran aporte fijando una relación entre comunicación y educación. Para este autor, los mal llamados medios de comunicación no son más que medios de “difusión” o “información”, ya que van en contra de la raíz latina misma communis, que quiere decir poner en común algo con otros, implicando diálogo, intercambio y reciprocidad que no son evidentes en los grandes monopolios de medios actuales.

Si bien es cierto que con el boom de las redes sociales se ha democratizado más de cierta forma el acceso a la información, no podemos desatender las necesidades de sectores que sencillamente no tienen posibilidades del uso de estos medios. Para los que gozamos de este beneficio también es válido realizar una concientización acerca de la forma en que estamos consumiendo la información¿nos seguimos dejando llevar por una forma de comunicación unidireccional? ¿bajo qué criterio compartimos la información? ¿cuál es nuestro objetivo al entrar en la red? ¿indagamos más al respecto de un tema o simplemente nos dejamos llevar por la inmediatez? ¿qué les estamos exigiendo a los medios de los cuales obtenemos la información?

Es necesario replantearnos sobre cuáles conceptos estamos construyendo ciudadanía. ¿Comunicabilidad o comunicación? Entendiendo a la primera como el simple proceso donde percibimos la información sin llegar a hacer ningún filtro, es decir, donde los sujetos son analfabetas mediáticos, o donde le damos lugar al derecho que tenemos de informarnos, utilizando nuestra capacidad de tomar posiciones claras con respecto a los mensajes que transmiten los medios. Recordemos que una sociedad alfabetizada mediáticamente[2] contribuye también a una sociedad alfabetizada políticamente.

[2] La alfabetización mediática es la educación para el desarrollo de competencias que ayuden a los sujetos a acceder, comprender y evaluar de manera integral los medios de comunicación; así como la formación de sujetos críticos ante los estímulos de información e intercambio recibidos a través de la los mismos.

En el siguiente cuadro se clarifica la relación entre los tipos de comunicación y los tipos de educación según Mario Kaplún en su libro “Una pedagogía de la comunicación (el comunicador popular)” sobre el que me permito hacer un aporte personal.

Tipología Mario Kaplún

Ya bien lo dice Kaplún, “Definir qué entendemos por comunicación, equivale a decir en qué clase de sociedad queremos vivir”. El caso de las radios comunitarias es algo palpable que no podemos permitir que continúe de esa manera. Las radios comerciales y privadas tienen por objetivo el lucro sin importar los contenidos del programa, el rating es el que manda, y suelen implantar hábitos de consumo que refuerzan la ideología dominante. Por su parte, la radio comunitaria está inmersa en la lógica de la defensa de los derechos humanos; una lógica que tiene su base en las redes que se han tejido a partir de las relaciones cotidianas con el entorno compartido, creando identificación y solidaridad con los asuntos que afectan a los conciudadanos (paisanos).

Es una forma de construcción de la comunicación local que en muchos casos es la única manera de difusión asequible, un instrumento para interrelacionar un hecho con otro, pensar y sacar conclusiones, construyendo explicaciones globales y cosmovisiones propias.

Es importante voltear la mirada a los cambios que se están generando en América Latina misma, ya que hemos estado aceptando modelos hegemónicos que no tienen que ver con nuestras realidades, nuestra diversidad, nuestros orígenes y nuestras situaciones a resolver. De nosotros depende salir del “mundo sin alma”, como lo bautiza Galeano, donde “no hay pueblos sino mercados, no hay ciudadanos sino consumidores, no hay naciones sino empresas, no hay ciudades sino aglomeraciones y no hay relaciones humanas sino competencias mercantiles”[3].

[3] GALEANO EDUARDO. La comunicación desigual. Política y Cultura 1997. Disponible en: <//www.redalyc.org/articulo.oa?id=26700807>

Ya se están generando transformaciones en materia de legislación con efectos positivos en las poblaciones vulnerables. En Argentina, la comunicación está establecida como derecho humano. La ley de Medios, junto con la ley de Radiodifusión comunitaria de Uruguay, “son consideradas por el Comité Mundial para la Libertad de Expresión de la Unesco como las dos legislaciones más importantes del mundo. Uruguay en el plano de la radiodifusión comunitaria y la ley de Medios de Argentina como un marco regulatorio avanzado, democrático, rompe con la cadena de sumisión del campo de la comunicación a los intereses privados, que son por definición intereses particulares y, por lo tanto, excluyentes.” Esto lo dijo el comunicólogo brasileño Dênis de Moraes en la entrevista que realizó Fernando Arellano Ortiz.

¿Que tal si empezamos a nutrirnos con los ejemplos que nos dan otros países latinoamericanos que tienen más en común con nosotros que otros modelos tradicionales que hemos adaptado hasta el momento? ¿Que tal si logramos ver la comunicación de una manera orgánica donde los individuos sean sujetos que comprenden críticamente su realidad aprovechando los instrumentos que tienen para transformarla?

Somos responsables de construir la sociedad que queremos, empecemos por escoger, exigir y ejercer el tipo de comunicación que consumimos.

 

Links de interés:

Emisoras comunitarias en el país – Denominación,
 antecedentes y evolución //sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/tesis/human/sabrera_o_s/cap3.htm

La radio comunitaria frente a los grupos de poder //www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n59/vramos.html

(Imagen: //ciudadania-express.com)

Valery Rojas,

Politóloga y Blogger

@chanteler

explotación y trabajo infantil(//www.proyectodiez.mx)

El tema de la explotación infantil es un problema grave que aqueja a la población mexicana y es un indicador alarmante en materia social y económica. De acuerdo con cifras del Módulo sobre Trabajo Infantil de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE 2007), en México, 3.6 millones de niños, niñas y adolescentes entre los 5 y 17 años de edad se encuentran desempeñando alguna actividad económica.

Estas cifran representan aproximadamente el 12.5% de la población infantil de ese rango de edad; de esta cifra, 1.1 millones son menores de 14 años, es decir, no han cumplido con la edad mínima para trabajar establecida por la Ley Federal del Trabajo. En el mismo tenor, aproximadamente 7 de cada 10 niños que trabajan entre los 5 y 17 años de edad viven en zonas rurales de México, mientras que 3 de cada 10 lo hacen en las ciudades. Estos porcentajes equivalen al alarmante número de 1,114,991 niños y niñas.

Los números brindan evidencia cuantitativa de una problemática social y económica que tiene muchas líneas de lectura. La más relevante es la causal, que implica la razón de por qué trabajan y las condiciones familiares en las que se encuentran. Si se trata de hijos en familias con alto índice de marginación se habla de la falta de una política social que permita que, sin importar la condición social o lugar de nacimiento, el Estado tenga la capacidad de brindar educación gratuita y garantizar que permanezcan en la escuela con todo lo que esto implica. Otra lectura del problema tiene que ver con la burocracia y la efectividad con que el asunto es atendido a través de políticas públicas que permitan, dependiendo el caso en que se trate, establecer y seguir una ruta de acción efectiva a través de las instituciones de Desarrollo Social o del Desarrollo Integral de la Familia para encauzar nuevamente a los infantes y reintegrarlos a las actividades propias de su edad, y que están establecidas en la ley.

Los niños que trabajan lo hacen por múltiples factores y no todos se encuentran en el mismo grado de vulnerabilidad. Sin embargo, en todos los casos se viola el principio legal de que éstos no deben trabajar hasta cumplida cierta edad, en la cual se asume que han concluido los estudios básicos que les permitan por lo menos los conocimientos básicos necesarios para insertarse en una vida productiva formal.

Otro de los problemas fundamentales que derivan de la explotación infantil es que se compromete la capacidad de los niños para convertirse en ciudadanos en toda la extensión del concepto y contribuir a la sociedad de la que forman parte. En este sentido, el Presidente de Los Estados Unidos Mexicanos, Enrique Peña Nieto, usando su facultad para emitir iniciativas de ley, presentó el 1 de septiembre una inciativa que pretende abordar esta problemática.

Ésta se presentó en el evento “México sin trabajo”, donde ante representantes de organismos internacionales y titulares de los Sistemas para el Desarrollo Integral de la Familia, el Ejecutivo Federal puntualizó su compromiso para la entrega de dicha iniciativa en su carácter de preferente, la cual exhorta al Senado de la República a ratificar el convenio 138 de la Organización Internacional del Trabajo para elevar la edad mínima de empleo en el país.

La iniciativa enviada por el presidente Peña busca tipificar con claridad las diferentes clases de trabajos que existen y las condiciones generales en las cuales el problema se tipifica y conceptualiza para la correcta ejecución de problemas. Se ratifican los derechos de los niños y los jóvenes, establece responsabilidades y crea instituciones y reglamentos enmarcados en tratados internacionales y convenciones en materia de protección infantil para temas de importancia como el bullying.

Estas reformas avanzan bien, en un momento en el cual era necesario dar orden y claridad conceptual al problema de cara a su tratamiento por parte de las instituciones encargadas. Sin embargo, es necesario ser enfáticos en que, aunque es un avance significativo, el problema de fondo no es la ambigüedad del concepto o de la ley, sino las condiciones sociales y económicas que propician la explotación de menores, y de buena parte de la población mexicana también.

57.8% es la cifra que representa al negocio informal en el país.

informalidad en México(//www.caracteres.mx)

Uno de los grandes problemas de México es la incapacidad de su economía para incluir a la mayoría de la población económicamente activa. Este es un problema no reciente que evidencia problemas históricos en la capacidad del Estado para generar empleos que puedan satisfacer todas las necesidades básicas de los habitantes, y para insertarlos en una dinámica que les permita tener acceso a seguridad social, pago de impuestos y otras ventajas de cara a mejorar su calidad de vida.

En esta línea, una de las reformas que la actual administración ha planteado es la iniciativa “Crezcamos Juntos”. El programa busca erradicar el negocio informal, que representa en México un 57.8%, cifra alarmante por la cual se pueden explicar fenómenos migratorios, actividades económicas ilícitas y, en general, una deficiencia para incluir el talento y capacidades de las personas encamindas al desarrollo y progreso social y económico.

El plan del Ejecutivo Federal propone siete incentivos a cambio de la regularización fiscal de este sector informal: 1.- acceso a los servicios médicos y sociales del IMSS; 2.- derecho a pensión de retiro; 3.- derecho a crédito hipotecario; 4.- descuentos del pago del impuestos sobre la renta; 5.- apoyos a pequeños empresarios; 6.- créditos para los negocios y sus empleados; 7.- acceso a programas de capacitaciones.

Dentro de estos beneficios encontramos tres principios que son punta de lanza de la recaudación fiscal en México. En la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos artículo 31, fracción cuarta se estipula que “son obligaciones de los mexicanos contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del Estado y Municipio en que residen de manera proporcional y equitativa en lo que dispongan las leyes.” Este mandato constitucional da fuerza jurídica a la recaudación fiscal, pero también otorga derechos públicos subjetivos a quienes aporten equitativamente al gasto público. El primer derecho reconocido en la formalidad fiscal es el de los servicios médicos y sociales del IMSS, el cual jurídicamente está regulado en una figura llamada “Seguro mutuo, es decir, de asegurar un beneficio colectivo a partir de la contribución individual.”

Sin embargo, en México el sistema de seguridad social enfrenta graves problemas de administración debido a la mala planeación y ejecución de políticas tardías en el manejo de su gasto corriente, lo que deriva en que gran parte del dinero se vaya al pago de pensiones y otros gastos que no tienen que ver con la construcción de infraestructura médica que permita el otorgamiento de un servicio en tiempo y forma.

Este problema, junto con otros como el tema de seguro para el retiro, pone en entredicho la posibilidad real de llevarlo a cabo y de ser una fuente de bienestar apreciada así por todos aquellos que realizan actividades informales. Es importante resaltar que una de las principales causas de la informalidad es la falta de incentivos para pasar a formar parte de la formalidad, donde el exceso de burocracia, la corrupción y el costo que representa estar alineado a las reglas formales terminan por empujar a muchos a la informalidad, en la que no se requieren mayores trámites. Los beneficios de la formalidad son casi imperceptibles.

El problema del trabajo en el país no está sólo en la falta de incentivos que “Crezcamos Juntos” busca erradicar, sino en la posibilidad de que la población económicamente activa encuentre en la formalidad las vías para desarrollarse dignamente. En la dotación de posibildades reales está el aprovechamiento y beneficio de los recursos laborales e intelectuales del país, es decir, de su gente.

Anuncio de mega obras y proyectos, ¿estrategia para buscar legitimidad y resarcir los bajos niveles de aprobación del gobierno?

ANUNCIA AEROPUERTOEn el marco de la presentación del Segundo Informe de Gobierno del Presidente de la República resalta la readopción de fórmulas previas a la alternancia del 2000 para la presentación de proyectos e informes de gobierno; y por otro lado, la capacidad política operativa para ejecutar proyectos de gran calado en una coyuntura donde la aprobación ciudadana del Ejecutivo Federal se encuentra a la baja, según encuestadores como Mitofsky.

El proyecto de un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México se ha convertido en tema de muchos análisis, particularmente en función de lo ocurrido en 2002 con el plan fallido que presentó el entonces presidente Vicente Fox. El tema central en la cancelación del proyecto de aquel entonces fue la tenencia de la tierra y las protestas de los pobladores, asunto ante el que el gobierno federal parece haber hecho bien su trabajo en esta ocasión, ya que anunció que no se molestarán a los municipios vecinos porque los terrenos que se utilizarán son propiedad del gobierno federal.

El proyecto de 2002 propició que los dueños de las tierras de San Salvador Atenco, lugar donde se llevaría a cabo la construcción del aeropuerto, se agruparan en grupos como el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, incorporado al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, lo que derivó en enfrentamientos entre la fuerza pública y los pobladores.

En aquel entonces Enrique Peña Nieto era gobernador del Estado de México. Llama la atención cómo en esta ocasión la estrategia del proyecto del aeropuerto ha tratado de evitar la confrontación, a diferencia de lo ocurrido en 2002, donde las demostraciones de uso excesivo de la fuerza fue un tema que acompañó al actual presidente durante los años posteriores a los enfrentamientos.

Una vida democrática obliga a hacer uso de las instituciones legales para evitar abusos de poder, y sobre todo para lograr consensos y velar siempre por el interés general. El escenario de esta nueva inversión no parecía muy distinto al ocurrido en 2002, sin embargo son notorios los resultados tan disímiles que obtuvieron uno y otro. El del presidente Peña, aunque aún temprano para sentenciar su éxito, sí evidencia que ha habido una estrategia de planeación y consenso que el gobierno panista no tuvo en su momento. Esta capacidad de llevar a cabo proyectos es uno de los elementos que distinguió al regimen priista durante sus gobiernos previos a la alternancia del 2000.

Llama también la atención que con el bombo y platillo con los que se anunció este proyecto de aeropuerto también se hayan anunciado proyectos de expansión de 4 líneas del metro en el Distrito Federal, entre otros. Estos proyectos vienen enmarcados en un momento en el que el Presidente ha tenido una tendencia a la baja en la aprobación de su mandato, a partir de los prácticamente nulos avances en materia económica a pesar de las reformas aprobadas.

Sin duda estos proyectos derivarán en mejoras para la competitividad del país y la movilidad de los mexicanos, sin embargo, no está de más resaltar el momento político que parece obligar al Presidente a buscar obras de gran contenido mediático ante la falta de resultados económicos que se reflejen en el bolsillo de los ciudadanos. Aún es temprano en el sexenio para tener una postura definitiva, pero vale la pena apuntar las diferencias entre regímenes, y sobre el aprovechamiento del anuncio de mega obras o proyectos como estrategia para buscar legimitidad y recuperar la tendencia negativa en los niveles de aprobación. No hay que dejar de lado tampoco que en el pasado este tipo de acciones terminaba por generar una espiral de endeudamiento y desestabilidad económica. Si bien el 2014 no se parece a lo ocurrido en la década de los 70 y 80, no está de más tenerlo en el mapa a manera de contexto y, sobre todo, como memoria histórica.

(imagen: //www.sinembargo.mx)

México se encuentra en el último lugar en el listado de los países que integran la OCDE

Salario mínimo en México

(imagen: //www.radiomonitortv.net)

Los salarios en el mundo son indicativos del valor que se le otorga al trabajo realizado, pero sobre todo sirven como indicador en la expectativa de calidad de vida. En México, al igual que en muchos países, el salario mínimo se establece de manera legal  y se ajusta año con año de acuerdo a la inflación y otros factores.

El objetivo de establecer un salario mínimo obedece a la necesidad de garantizar que los trabajadores obtengan un pago por su trabajo que permita cubrir las necesidades básicas como alimento, habitación, vestido y entretenimiento. Sin embargo, actualmente, la cifra que está vigente hoy para la zona A del país (donde se encuentra la Ciudad de México y es el más alto de las 3 zonas existentes) asciende a 64.76 pesos por 8 horas laborales, cifra que resulta insuficiente para garantizar el derecho constitucional a una vida digna y que se encuentra en el último lugar en el listado de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Aunque en el país los derechos sociales alivianan en varios estratos la carga económica a través de servicios públicos que cubren educación y salud, la realidad es que la mayoría de los mexicanos no tienen acceso a estos servicios, o bien, no de la calidad que les permita superar su condición social de nacimiento, limitando así la movilidad social.

Igualmente, la cifra que México aporta como referencial de salario mínimo hoy en día está cuestionada por los incrementos desproporcionados que han sufrido servicios como el transporte y los procesos productivos o estacionales en los que se involucra la producción de artículos que integran la canasta básica. Esta situación ha generado un área de oportunidad para actores sociales y legisladores de sugerir y gestionar los cambios necesarios para revertir el deteriorio del salario que año con año se ve descompensado frente a la inflación y el alza de precios. Los principales actores de estas iniciativas son el Partido Acción Nacional, quien busca solucionarlo a través de una consulta ciudadana, y el Partido de la Revolución Democrática, que propone otorgar un aumento salarial de $80.00. El actual Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, propone un incremento a $82.00, alza propuesta a un corto plazo pues la meta es plantear el salario mínimo en  $171.00 diarios.

Las cifras planteadas como meta son muy alentadoras para la economía popular de México, pero ¿qué consecuencias podría generar este repentino cambio?. En el tema económico, un incremento repentino y tan grande podría generar inflación, pues los empleadores, al tener que incrementar el salario de sus trabajadores, supondrían que tendrían que trasladar dicho incremento a los productos o servicios que produzcan, subiendo el precio de estos y creando una espiral inflacionaria. Igualmente México podría perder competitividad frente a otros países como China y perder la ventaja geográfica para la producción de bienes a precios competitivos que se traduciría en menores inversiones. Sin embargo, un incremento en el salario supone también un aumento en el poder adquisitivo y por tanto en el consumo y la activación del ciclo económico.

En conclusión, estos cambios pondrían a prueba la capacidad de los tomadores de decisión para crear soluciones pensadas e instrumentadas con el objetivo de que el eventual aumento no creara una espiral que trajera más repercusiones negativas que beneficios. Al final, cualquier medida que se adopte debe ser pensada y ejecutada con la planeación debida, y no sólo orientada a lo electoral o sin un sustento que le de viabilidad; en el equilibrio de esta visión está la posibilidad de generar el andamiaje que permita mejorar la calidad de vida para las personas, por un lado, y acrecentar el tamaño de la economía mexicana en beneficio de todos, por el otro.