Privado: Blog

En los últimos días se ha podido presenciar la manera en que los incidentes, los fenómenos de la naturaleza y los sucesos inesperados pueden ocurrir cuando menos se imaginan. Irrumpen con fuerza y desestabilizan el panorama y la ruta de un país y pueden poner en aprietos a las autoridades, como ya se ha mencionado anteriormente en pasadas entregas de este Visor Público. Cuando eso sucede entonces, se pueden acumular una serie de condiciones suficientes para alterar los escenarios previstos y crear “una tormenta perfecta”, que no es mas que la suma de factores de riesgo que – acumulados unos tras otros – realmente ponen en peligro los planes de gobierno de las autoridades.

Eso es lo que ha estado sucediendo en México. Desde hace varios meses se han estado formando y han acontecido una serie de eventos desafortunados que han logrado alterar la ruta de gobierno del Presidente Peña Nieto y de los legisladores de su bancada. Comenzando por un entorno económico adverso, significativamente por una situación a punto de convertirse en recesiva y con la propuesta de paquete económico para el año 2014 que prevee aumentar el IVA e imponerlo en colegiaturas e hipotecas y aumentar el déficit público (endeudamiento), le han seguido una serie de fenómenos tales como los huracanes “Manuel” e “Ingrid” que azotaron en las costas de México dejando una estela de daño y destrucción bastante extensa. En ese ambiente el Presidente Peña ha debido cancelar un par de giras internacionales y lidiar con la creciente oposición a su reforma económica en un entorno económico que no es favorable para el país.

A lo anterior se le deben de sumar las protestas de maestros de la CNTE que han bloqueado sistemáticamente a la Ciudad de México, la vulnerabilidad del caso de Elba Esther Gordillo, quien podría salir de la cárcel por falta de pruebas y la llegada a término del “moméntum” del “Pacto por México”, cuyo combustible se está agotando y no se vislumbra que alcance a tener fuerza para aprobar importantes reformas como la energética.

Luego entonces, cuando todos los elementos anteriores se acumulan, surgen de forma imprevisible y se agrupan para formar una “tormenta perfecta”, es entonces cuando la capacidad de reacción de un gobernante o de un presidente resulta absolutamente necesaria e imprescindible. En la medida en que las autoridades puedan construir una narrativa de gobierno y de política pública creíble para la ciudadanía, en esa medida se puede evitar la formación de la “tormenta” y se podrá sortear con eficiencia los embates de las situaciones inesperadas.

No resulta en vano que los presidentes o los gobernantes que han menospreciado estas condiciones se han vuelto rehenes de su propia situación. Hoy en día se gobierna de forma distinta y la existencia de medios de comunicación alternativos – como las redes sociales – obliga a los tomadores de decisión a estar un paso adelante y a tener un “plan B” en caso que la ruta original no salga como se espera. En estos momentos, México y su gobierno necesitan tener capacidad de reacción que atienda de forma significativa todo aquello que ha surgido en los últimos meses y logre definir una agenda de gobierno con los ajustes y adecuaciones del caso. El reto no es menor y se podría decir que – que tal como se ha adelantado antes en este espacio – el Gobierno de la República estará enfrentando su verdadera primera prueba en el casi año que lleva de haber llegado al poder.

El sistema político mexicano es un sistema presidencial. Es decir, existen una serie de reglas que lo hacen característico frente a otros sistemas políticos, tal como el parlamentario. En el presidencialismo, el Poder Ejecutivo se elige de manera independiente (en elecciones separadas) del Poder Legislativo, y ambos poderes tienen un tiempo fijo en el que ejercer dicha posición. A este sistema inventado en los Estados Unidos y exportado a la mayoría de los países de América Latina se le conoce también como sistema de “Pesos y Contrapesos”. En ese sentido, en el sistema presidencial también se puede encontrar con frecuencia que haya “gobiernos divididos”. Esto quiere decir que el partido que tiene la mayoría en el Congreso no necesariamente es quien gobierna desde la Presidencia. Por tal razón, la parálisis política – en dichas ocasiones – se hace muy evidente. La razón de lo anterior son los incentivos o desincentivos que tiene un partido para perjudicar o ayudar al otro. Como resulta imaginable, el partido que tiene capacidad de veto en el congreso (siendo o no la mayoría), casi siempre bloquea los acuerdos o las propuestas que emergen desde el Ejecutivo cuando éste pertence a otra fuerza política.

Esta ha sido la historia interminable de la política mexicana. Para muestra basta un botón: durante la comparecencia del Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, estuvo presente el Senador Ernesto Cordero. Diversos medios dieron cuenta de cómo se invirtió la historia y los papeles y en esta ocasión el Senador Cordero increpó al Secretario de Hacienda sobre su conducta y decisiones al frente de dicha dependencia, recordando así cuando Ernesto Cordero era Secretario de Hacienda y Luis Videgaray, como Presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados lo cuestionó duramente. Es decir, los incentivos de unos se vuelven desincentivos para otros.

Lo más dramático de esta historia es que la parálisis política tiene su raíces en la ganancia inmediata de un partido o de un grupo de actores. Mientras México no logre superar las enormes diferencias y los incentivos (o desincentivos) cortoplacistas, las grandes reformas y los acuerdos sostenibles verdaderamente en el largo plazo seguirán siendo una utopía.

 

Los fenómenos naturales y los desastres son cosas que suceden intempestivamente y es profundamente complejo preverlos. Intensas labores de prevención se ponen en marcha, desde los gobiernos nacionales hasta llegar a los organismos multilaterales para tratar de adelantarse a ellos, minimizando el daño que pueden causar a miles de personas alrededor del mundo.

 

Sin embargo, los desastres naturales también han puesto en evidencia a los gobiernos y a los países. Dichos fenómenos tienen la enorme capacidad de marcar el rumbo de la agenda nacional, de sentar precedentes en términos políticos o de robustecer o destruir gobernantes y gobiernos. Por ello, siempre los fenómenos naturales han sido un termómetro efectivo que suele poner a prueba la capacidad y las habilidades de las autoridades para proteger a la ciudadanía.

 

En el caso de México, el paso de huracán “Manuel” en el Pacífico y de “Ingrid” en el Golfo de México, pusieron en evidencia muchas cosas: desde los robos de aparatos electrónicos en el puerto de Acapulco en medio de la inundación, hasta las pésimas condiciones con que la carretera que conecta el Distrito Federal con el puerto fue construida. La conocida “Autopista del Sol” resultó tener muchas más deficiencias de las que sabíamos. 

 

Parece increíble que aspectos de una obra de infraestructura construida hace muchos años salgan a relucir en este momento. Los fenómenos y desastres naturales, entonces, no solamente tienen la capacidad de evidenciar nuestra vulnerabilidad humana, sino también la política y económica. Sin embargo, ello también ha fungido como un elemento que aglutina a los mexicanos en torno a una causa y le da nuevas razones al Gobierno de la República y de los Estados para liderar una acción concertada en toda la Federación para aliviar el dolor de los damnificados. Es entonces también una oportunidad para mostrar liderazgo.

 

Por mucho que se quiera ocultar, nadie puede permanecer inmóvil frente a un desastre natural; ni los gobiernos, ni los ciudadanos, ni las empresas, ni las organizaciones, ni los partidos, etc. Los fenómenos naturales que han causado grandes desastres en las costas mexicanas son la primera gran prueba para este Gobierno Federal, pues en medio de una inminente recesión económica, con importantes reformas en puerta (como la fiscal y energética) tendrá que demostrar su liderazgo y marcar el rumbo.

El Presidente Enrique Peña Nieto no ha dejado de ser uno de los actores políticos más visibles en la última semana. Primero la presentación de su Primer Informe de Gobierno, posteriormente con el viaje a Rusia, a la ciudad de San Petersburgo para participar en la Cumbre del G20, y por último con la presentación de la “Reforma Hacendaria” (o fiscal), el titular del Ejecutivo Federal sigue colocando los temas en la agenda pública y liderando su discusión.

Si bien el entorno en el que el Presidente Peña está desenvolviéndose es complejo en términos de opinión pública, ha implementado una serie de acciones que se pueden analizar una a una, por separado. En primer lugar, hay que mencionar dos temas profundamente preocupantes para la administración federal: seguridad y economía. Los niveles de violencia en varios lados del país se han salido de control, como por ejemplo los secuestros en el Estado de México y la opinión que se tienen de ello fuera de México no es buena. En segundo lugar, México está a punto de caer en una recesión económica, con todos los efectos negativos que ello traería: reducción del empleo, aumento del déficit público, decrecimiento en la economía y en el flujo de los capitales, la calificación del país para los inversionistas, etc. Adicionalmente, el conflicto magisterial también ha ocupado las primeras planas de los diarios.

No obstante, el Gobierno de la República prácticamente no ha querido confrontarse con nadie por estos hechos y ha realizado hasta lo imposible para navegar en medio de un turbulento mar en las aguas de la política y la economía. Aunque no ha dado muchas respuestas concretas hasta el momento y los resultados obtenidos no son visibles en ninguno de estos campos, hay algo que ha hecho bien: posicionar su agenda.

El Presidente Peña ha marcado el ritmo con el que los tópicos aparecen al público y lidera la discusión de los mismos. La presentación de su reforma en materia fiscal resume todo lo anterior: no se confronta con nadie (porque no aumenta el IVA ni tampoco incluye a los alimentos o las medicinas en él), dejando una ambigüedad en el terreno impositivo, sin embargo, al presentar su reforma la tarde del domingo, posiciona el tema en las primeras planas del lunes. Es una acción nítida.

Ahora bien, se pueden aventurar dos cosas: la primera es que el “Pacto por México” que ha suplido en cierta parte la negociación en el Congreso, cada vez es un mecanismo menos viable para transitar cualquier reforma – aunque también explica lo pálida de la fiscal presentada -. El pacto está agotando su vida políticamente útil y parece tener una fecha de caducidad definida: una vez que se apruebe la reforma energética. La segunda cosa que se puede aventurar es que en los próximos meses la realidad volverá a asomar su rostro en diferentes asuntos, tal como lo ha hecho hasta ahora. En dicho momento, la administración no tendrá el bono democrático que tuvo durante su primer año, sino más bien un entorno adverso en lo general por las situaciones descritas.

La pregunta entonces es: ¿qué hará el Gobierno Federal cuando llegue ese momento?, ¿cuál será el nuevo asunto que buscará posicionar en la opinión pública?, ¿qué sigue en el plan de vuelo del Presidente Peña cuando esto pase?

Falta poco para que el Presidente Enrique Peña Nieto presente su Primer Informe de Gobierno. Sin duda será un acto importante pues hay muchas cosas de qué hablar en México. El Gobierno comenzó viento en popa en diciembre pasado y la aprobación de una serie de reformas en el marco del “Pacto por México” es algo que debe tomarse en cuenta.

Sin embargo, hay otra serie de variables y de indicadores que también habrán de considerarse al momento de hacer un “corte de caja” en la política nacional. Específicamente hay que referirse a dos de ellas, que son las más importantes: la seguridad y la economía. Inclusive, estos indicadores son los que las casas encuestadoras incluyen siempre entre sus múltiples análisis.

En ese sentido, el Gobierno de la República optó por erradicar de la narrativa gubernamental y política de su administración el tema de violencia, combate al crimen organizado e inseguridad. Sin embargo, la realidad ha dado un portazo en México imponiendo su duro rostro, mostrando que la violencia no ha desaparecido; siguen habiendo zonas en el país que están bajo control del crimen organizado y el Gobierno de México batalla duramente para mantener las “riendas” de esta situación, pero se han agregado nuevos elementos como los grupos de autodefensa y los ajustes de cuentas en el D.F.

La otra variable – la económica – también empieza a generar signos de alarma. Llama la atención que en el caso de la actual administración, el indicador de la actividad económica se ha reducido y el PIB ha decrecido durante estos meses. De hecho, hoy se anuncia que la balanza comercial del país registra el peor déficit en 5 años.

Un gobierno no puede darse el lujo de perder el control (al menos no al mismo tiempo) de ambas variables. Existe riesgo de ingobernabilidad en el país. Si a ello se le suma el malestar que ha generado el plantón y marcha de los maestros en la capital del país y la posible radicalización y suma de varios sectores en torno a las reformas energética y fiscal, se vuelve entonces un “coctel explosivo”.

¿Qué se puede esperar entonces en próximas fechas? El Gobierno de la República tendrá que realizar una jugada maestra (incluso los distractores también podrían servir) para evitar que las personas presten demasiada atención a estas variables que empiezan a inquietar, y deberá retomar el control de ambas a como dé lugar.

Lo anterior no necesariamente es bueno, y una solución de corto plazo podría afectar en el largo plazo a México. En ese sentido, la responsabilidad política tendrá que hacerse presente por cualquier vía, y ésta será la prueba de fuego para la nueva correlación de fuerza entre gobierno y ciudadanía.

Por:  Julia Romero

TWT: @sashantia1

Agosto 2013

 

En un evento de tecnología conocí a un hombre que me inspiró a cambiar de rumbo. En los primeros dos minutos de su plática me di cuenta que había algo muy fuerte en él que me hizo quedarme y escucharlo, incluso cuando tenía planeado escuchar una plática sobre programas de educación espaciales que sucedía al mismo tiempo en el pódium de al lado, la cual me interesaba muchísimo. Decidí quedarme a escuchar a Bandi Mbubi de la organización Congo Calling. Desde entonces no puedo dejar de escuchar su mensaje dentro de mí.

Hoy en día Bandi es un amigo muy querido al que busco apoyar incondicionalmente. En cuanto surgió la oportunidad de hablar sobre el tema “África: el continente olvidado” supe que tenía que escuchar lo que Bandi tenía que decir al respecto, así que lo entrevisté.

Últimamente he oído y leído éste término en distintos artículos y noticias, y entonces me pregunto, si es esto una verdad o simplemente una percepción y de quién, ¿pensarán los africanos lo mismo? ¿es posible olvidar a todo un continente?

Estoy segura de que todos estamos conectados, hoy más que nunca, y que hay personas que leerán con el corazón este artículo y sabrán inmediatamente que hay mucho que podemos hacer para contribuir a que el mundo cada día sea un lugar mejor para todos.

Bandi es un activista que fue forzado dejar atrás su hogar y a muchos familiares y amigos en el Congo a los 21 años de edad, porque su convicción de cambiar al sistema era inconveniente para algunos, así que tuvo que salir de la República Democrática del Congo para refugiarse en Londres. De haberse quedado, probablemente no hubiera podido continuar con su proyecto. Así que los últimos veinte años de su vida ha continuado como activista fuera de su hogar.

Desde ahí apoya al su tierra natal haciendo pública una situación que la mayoría del mundo desconoce. Bandi tiene muy claro cuál es su mensaje, la adquisición de minerales para el desarrollo de tecnología no puede seguir por el mismo camino, causando terror y muerte a la población congolesa. Las compañías que producen la tecnología de la que hoy disfrutamos tienen que parar el conflicto en el Congo, tienen que responsabilizarse, pero sobre todo, son los usuarios de la tecnología los que tienen que estar informados sobre la situación en el Congo, y tomar una decisión. Cuándo yo le pregunté a Bandi que qué sentía al escuchar que África era un continente olvidado me contestó lo siguiente:

“Bueno, yo creo que es una paradoja, porque Africa está olvidada pero no está olvidada”

Olvidada en el sentido de que, en general, los medios masivos de comunicación no cubren lo que sucede en África, y cuando lo hacen, hablan regularmente sobre temas muy difíciles como la guerra y cosas así. En ese sentido, no cubren realmente a las personas, el África real, no muestran lo vibrante de las personas ahí, las aspiraciones que la gente tiene, las aspiraciones de cambio social y politico, las aspiraciones a una vida mejor, a crear un mejor futuro para sí mismos.

Así que en ese sentido, África está olvidada, pero no por sus ciudadanos, si no por el resto del mundo. Porque realmente no sabemos lo que pasa con los ciudadanos, y de esa manera tampoco ayudamos a crear mejores políticas de intercambio con África. También es cierto que muchos gobiernos y compañías del oeste hacen negocios en África, pero en general las políticas públicas que de ahí se derivan no están formadas por la opinion pública, y eso es lo que realmente les falta. En el caso del Congo, las riquezas del país han sido valuadas por el Programa de Recursos Naturales de la O.N.U, y han sido estimados en más de 24 trillones de dólares.

“Sabes, ninguna compañía de tecnología puede decir que no saben lo que pasa en el Congo, por ejemplo, éstas compañías saben acerca del Congo porque de ahí vienen sus materias primas, asi que ¿cómo pueden decir que no saben sobre Africa?”

Esto fue algo que realmente me aterrizó, cómo es posible que hoy en día con tanta información, y el fácil acceso, no sepamos ¿de dónde vienen las cosas?, y cuál es su implicación en nuestras vidas cotidianas y la implicación de nuestras decisiones en las vidas de otros. Y todo se reduce a un mineral extremadamente poderoso llamado Tantalum, mejor conocido como Coltan, un anticorrosive que abunda en el país y que es usado para producir smartphones, laptops, play stations, tecnología espacial y equipos medicos.

Cuando Bandi inició su plática en aquella conferencia de tecnología, que incluso es posible verla en TED, comenzó por preguntarle a la audiencia que cuantos de ellos poseían smartphones y si los podían sostener por un momento en alto. Entonces Bandi continuó con su plática diciendo “hoy les voy a mostrar cómo tienen ustedes que ver con el Congo, y cómo el Congo tiene que ver con ustedes”. En ése momento me atrapó, sabía que tenía que hacer algo al respecto y hoy en día para mí, parte de ese algo es contárselo a ustedes queridos lectores.

Continuó diciendo cómo ésa misma tecnología que simplifica nuestras vidas, y con que a veces no podemos imaginar vivir sin ella, es la misma que está causando una guerra en el Congo, donde se usa el abuso sexual como arma de guerra para aterrorizar a la población y despoblar las zonas mineras, obligando a muchísimas personas a abandonar sus hogares. De ésta forma se extrae el mineral que hace que nuestros dedos se deslicen con una facilidad sublime en el touch screen. Los componentes que se necesitan para producir esa tecnología se están extrayendo del Congo, y esa es la paradoja. Más de cinco millones de personas han muerto debido a esta guerra, y otros millones más han sido violados, torturados y esclavizados por grupos armados, entre los cuales hay 30,000 niños, para obtener los minerales.

“Pero todavía no tiren sus teléfonos a la basura” (Bandi, TED 2012)

Por que es ésa misma tecnología la que ha ayudado a dar a conocer la situación en el Congo. Es por eso que Bandi decidió hacer una campaña para concientizar a individuos y empresas acerca del uso responsable de la tecnología. Porque sí es posible adquirir minerales que no están propiciando el conflicto. Para estas compañías África no está olvidada, África es el lugar donde están hacienda mucho dinero. Pero de alguna manera, los ciudadanos del mundo no están haciendo esa conexión.

Después de eso, le pregunté que cuál era su visión de México y cuál es el mensaje que quisiera compartir con los mexicanos. Yo estaba ansiosa por escuchar su respuesta, porque muchas veces ejercemos la autocrítica a tal nivel, que dejamos de ver las partes en las que hemos crecido, y aunque hay muchísimas cosas por mejorar en México, a veces perdemos de vista que sí hemos avanzado, y ver una sola cara de la realidad, es tan cegador como querer ver las cosas desde una sola dimensión. Somos también parte de un contexto mundial, e incluso somos privilegiados en cuanto a los recursos naturales que existen en el país, el clima, las costas, en fin, sin negar lo que todavía nos queda por resolver. En ése sentido Bandi me respondió que México tiene sus propios problemas pero que si nosotros comparáramos los problemas que tiene el Congo, con los que tiene México, son dos mundos completamente diferentes. El problema en el Congo, es que aunque la sociedad civil está haciendo muchas cosas para crear un futuro mejor, todavía no está conectada con el resto del mundo. Y eso es un paso muy grande y muy necesario para poder cambiar la situación.

En ese sentido, Bandi ve a México como un país sumamente estable, incluso con sus problemas, pero estable, con una sociedad civil que se está desarrollando de una manera increíble y de la cual están naciendo muchos proyectos importantes para el país. Esa sociedad civil está también comunicada con el exterior, y se retroalimenta y eso es algo a lo que los congoleses aspiran. Ellos aspiran a contactar con la sociedad civil en México y poder presentar la iniciativa Congo Calling, de la cual Bandi es presidente y fundador, para informar y alentar a los mexicanos y al resto de los países latinoamericanos a ser más responsables sobre el uso de la tecnología, a ejercer presión y exigir a las empresas que producen ésta tecnología, productos que no apoyen o financien al conflicto, de compañías como Apple que está comenzando a ser más responsable, o Sony, y tal vez no de HTC. En twitter se pueden encontrar muchas de éstas iniciativas bajo los hashtags #conflictfree #minerals.

“Nosotros queremos que los mexicanos sean más responsables en el uso de la tecnología y se solidaricen con la gente en el Congo. Si México empieza a hacer eso, puede inspirar también a otros países Latinoamericanos”.

La relación entre México y el Congo tiene un gran potencial de aprendizaje y de intercambio para ambos países, tanto cultural como económico pues la República Democrática del Congo es un país abundante en recursos naturales y con un gran potencial de desarrollo. Es por eso que al final de la entrevista le pregunté que cuál es el mensaje que él quisiera transmitir a los mexicanos, a esto él me respondió:

“Hubo una época en que todo el mundo se unió para tirar al sistema de apartheid que suprimió a millones de personas en África, todo el mundo se unió, incluso México, la gente no quiso que el sistema de apartheid sobreviviera y gracias a eso se resolvieron muchísimos problemas e injusticias en el sur de África, hoy, en este tiempo cerca de la mitad de las personas en el Congo han muerto. Y México tiene que guiar al mundo, México tiene que mostrarle al mundo el camino para unirse y detener las matanzas en el Congo, tiene que detener a las compañías que  van al Congo y hacen negocios con cualquiera para fabricar tecnología que está siendo usada para matar a la gente. Y México puede asegurarse de presionar a las compañías para que sean más responsables en cuanto a la adquisición de sus materiales para la producción de tecnología, y hacer contacto con la gente allá que solo quiere vivir una vida en paz como el resto del mundo. Y si México lo hace, estoy seguro de que otros países de Latinoamérica van a seguirlo, y las cosas pueden suceder. ¡México tiene que guiar al mundo a ayudar al Congo para detener las matanzas!”

Sus hijos David y Daniel pudieron conocer a sus abuelos a través de skype, y eso es posible gracias a la tecnología. ¿Porqué permitir que algo tan maravilloso y necesario cause tanto sufrimiento innecesario? Es trascendente que como usuarios demandemos de las compañías tecnológicas que cambien sus procesos de obtención de recursos. Hoy en día demandamos fair trade para la comida, para el café, incluso para la ropa, es tiempo de demandar fair trade smartphones.

Más información acerca de Bandi y de Congo Calling en www.congocalling.org

Recientemente se ha podido observar en los medios de comunicación el camino que las reformas estructurales están siguiendo en nuestro país. México necesita urgentemente algunos cambios profundos que lo vuelvan mucho más competitivo y que lo doten con herramientas globales que le permitan insertarse en una nueva realidad mundial.

En ese sentido, la llegada en diciembre de 2012 del Presidente Enrique Peña Nieto marcó una nueva tendencia reformista para la nación, pues una de las primeras acciones que se llevaron a cabo fue la firma del “Pacto por México”, mismo que ha servido como vehículo de negociación entre las diferentes fuerzas políticas. Como se puede sospechar, siempre que un gobierno comienza, debe aprovechar el periodo de gracia natural que se le ha de conceder en la esfera pública para este tipo de acciones concretas.

El “Pacto por México” ha permitido transitar algunas reformas importantes, como por ejemplo la de telecomunicaciones y la educativa, sin embargo, se acerca en los próximos periodos en que el Congreso habrá de sesionar extraordinaria u ordinariamente la “madre de todas las batallas”: la reforma energética. ¿Por qué razón lo anterior? Precisamente porque este tópico está fuertemente anclado a los atavismos culturales mexicanos que se han formado a luz de muchos años y sobre los cimientos de una cultura política profundamente arraigada en torno a temas tabú, como es la soberanía energética.

Por tal razón, la campaña de negociación para avanzar la reforma energética no nada más tiene que ver con negociar con las fuerzas opositoras su aprobación, sino que tiene que empezar por convencer a los mexicanos que “el petróleo sigue siendo de todos”. No obstante lo anterior, la retórica contraria, como por ejemplo la utilizada por Andrés Manuel López Obrador en el sentido que la reforma es “el robo del siglo” para México, cae en tierra profundamente fértil para la desinformación, la manipulación política y la consecución de réditos de índole política y pública partidista.

El gobierno federal enfrentará una de sus pruebas más complejas y el “Pacto por México” será sometido a gran presión para dar resultados. A pesar de lo anterior, el “pacto” ha sobrevivido ya a una elección intermedia (local) y parece que aún le queda un poco de vida. Probablemente esto se deba a que la oposición política está pulverizada, pero aún a pesar de ello, se debe aprovechar todo lo que este pacto puede aún generar. Quizá no vuelva a existir otra oportunidad de negociar políticamente las cosas como está sucediendo ahora mismo. El Gobierno de la República tendrá nuevos desafíos (como por ejemplo, la inseguridad en México o lidiar con el tema de cooperación en dichos asuntos con Estados Unidos) y va a requerir todo el potencial de que es capaz. Aún mejor si todo esto sucede después de que las reformas se aprueben y México comience a despegar su vuelo en el ámbito económico.

En 1985, el conocido narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero fue encarcelado por el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena. Mejor conocido como el “Kikín”, Camarena vivió infiltrado en las organizaciones criminales hasta que fue descubierto, torturado y asesinado por orden de Caro Quintero. La herida desde entonces ha quedado abierta para los Estados Unidos, que han reconocido como héroe a Camarena por su fatídico final, por la labor de espionaje que desarrolló durante largo tiempo y que permitió tener conocimiento más preciso de los pasos que daba Caro Quintero, apodado el “abuelo” del narcotráfico en México.

La liberación del capo fue leída en varios círculos políticos y  mediáticos en los Estados Unidos como una señal contradictoria en la colaboración bilateral contra el crimen organizado. Diversos actores de la vida política del vecino país del norte mostraron su indignación ante la medida y cuestionaron los motivos por los cuales el gobierno mexicano había liberado al narcotraficante. Sin abundar demasiado en las particularidades y detalles del asunto, los estadunidenses adujeron el hecho a la corrupción del sistema judicial mexicano.

En ese sentido, para externar su descontento, utilizaron como ejemplo cuando ellos  liberaron a la “Reina del Pacífico” en su país, avisando primeramente a las autoridades mexicanas de ello, porque sabían que, a pesar de haber librado la cárcel en EUA, tenía todavía cuentas pendientes en México. Si el Gobierno de Estados Unidos hizo eso –dijeron – por qué el de México no avisó a éste de la liberación del capo, quien todavía tenía que pagar por sus crímenes en el vecino del norte.

Lo que está en el trasfondo de este intercambio de posturas, posicionamientos y declaraciones es la duda latente de los organismos de justicia de Estados Unidos respecto a la “estrategia” de política pública del Presidente Peña Nieto en materia de seguridad. En ese sentido, arguyen ellos, no existe una definición clara de cuál es la ruta que el Gobierno de México seguirá y qué acciones concretas llevará a cabo para que la lucha contra el crimen continúe, de acuerdo con sus propios estándares y medidas. La misma pregunta empieza a ser repetida entre los líderes de opinión mexicanos y poco a poco también entre la ciudadanía. Caro Quintero es tan simbólico como la Quina o Elba Esther Gordillo, en este caso con implicaciones sumamente desfavorables para el gobierno mexicano.

No obstante lo anterior, quedará en el terreno de la especulación cuáles fueron los verdaderos motivos por los cuales salió libre el “Caro Quintero”. Se podría especular de un “pacto” con los criminales, de una “negociación”, de un “ajuste de cuentas”… el caso es que ninguna explicación tendrá los suficientes argumentos para validarse, sin embargo, lo que queda claro es que México necesita virar el rumbo de su fallida estrategia contra la delincuencia organizada, y aunque los costos o beneficios de ello no están claros aún, parece que el gobierno no atina a elaborar una narrativa coherente, que otorgue certeza a los mexicanos y que atienda verdaderamente el problema. Difícil tópico para cualquiera.

Recientemente se ha dado a conocer que el Congreso de la Unión, en específico la Comisión Permanente, aprobó la convocatoria para que durante las últimas dos semanas de agosto se lleve a cabo el segundo periodo extraordinario de sesiones. Los coordinadores parlamentarios han dejado claro que dos de los temas principales que habrán de ser abordados durante este tiempo son: la presentación de una reforma política y de una reforma energética.

En específico, en el tema de la reforma energética, el Presidente Peña anunció que el próximo jueves presentará su propia propuesta de legislación energética; a la par, el Grupo Parlamentario del PAN hizo ya un primer lanzamiento sobre la mesa, presentando su propia propuesta de reforma. Pero adicionalmente, el mismo grupo condicionó la aprobación de la reforma energética a la aprobación primero de una reforma político – electoral que garantice condiciones de competencia política totalmente diferentes (por ejemplo, permitiendo la reelección de alcaldes y legisladores).

Ahora bien, cuando se quiere analizar con detalle la negociación de dichas reformas, no resulta fácil hacerlo por la tremenda pulverización de la oposición política en México. El PAN y el PRD se encuentran fraccionados internamente en dos (o más) grupos antagónicos al interior de cada partido, que más que posiciones ideológicas contrarias, luchan por mantener un poco del control administrativo y económico de los espacios de poder que les quedan.

Sin embargo, uno de los escenarios más viables para la aprobación de las reformas es que el Gobierno de la República opte por negociar con los legisladores de manera individual para llevar adelante sus planes (con o sin el Pacto por México). La pregunta sería si bajo ese escenario los intereses ciudadanos estarán efectivamente representados y si los partidos políticos ganan o pierden legitimidad y representatividad frente a los próximos comicios.

Por último, resulta importante destacar que en aras de mantener una estrategia política que le gane legitimidad, el Gobierno Federal podría encontrar algunos obstáculos durante la negociación. Además, como ya se dijo anteriormente, varios frentes parecerían estar abriéndose, como por ejemplo la situación de inseguridad en Michoacán, que está muy cerca de la situación por la que Calderón pasó  que derivó en el envío de tropas federales al estado.

Lo anterior representa una tormenta que podría formarse sobre el Gobierno Federal, y en donde tendría que maniobrar estratégicamente para sortear todos los difíciles obstáculos que se posan sobre dicha administración. Conforme avanzan los días la realidad se recrudece, la “luna de miel” de la actividad legislativa pierde fuerza y la oposición se diluye. Esto no parece convenir a nadie, empezando por los propios partidos.

Durante el sexenio del Presidente Felipe Calderón fue evidente que la prioridad del gobierno federal giró en torno a la seguridad, el combate al crimen organizado y la violencia en México. Desde el inicio de la administración calderonista en 2006, desde el “operativo conjunto Michoacán” quedó claro que el entonces presidente habría de enfocar sus esfuerzos en una lucha encarnizada contra la delincuencia que cobraría las vidas (por una u otra razón) de miles de mexicanos.

Muchas cuestiones quedaron irresueltas en esos años; por ejemplo, si el Presidente Calderón lanzó la ofensiva pero no tenía idea de lo que habría de suceder posteriormente, o si bien, fue una estrategia para ganar legitimidad política. Lo cierto es que más allá de toda consideración inicial, los resultados son bien conocidos por todos en la esfera nacional e internacional.

En ese sentido, el Gobierno del Presidente Peña Nieto optó por seguir una estrategia distinta y decidió erradicar del discurso político toda muestra o signo del tema de la seguridad. Dejó de tratarse en todo discurso oficial, y la prensa comenzó a reportar otras cosas. La seguridad dejó de ser el eje de las relaciones bilaterales y de la política exterior mexicana para dar a paso a la cuestión económica, comercial, turística y financiera. Finalmente cada gobierno es libre de ordenar las prioridades en materia de política pública que mejor le parecen convenientes y de seguir la línea de acción más acertada desde su punto de vista y desde sus propios análisis, encuestas o estrategias políticas y de gobierno. No obstante, la realidad siempre acaba por imponerse.

El asesinato del Vicealmirante Carlos Miguel Salazar Ramonet, comandante de la Zona Naval en Puerto Vallarta y emboscado y ultimado en el estado de Michoacán, representa el primer asesinato de alto nivel en el gobierno de Peña Nieto. Por más que los medios de comunicación o los discursos politicos pretendan eliminar el tema de la delincuencia, la violencia o la inseguridad, la realidad siempre acaba por imponerse y hay noticias que no es posible ocultar o minimizar. Lejos de lo anterior, hacerlo sería un error de cálculo político.

La pregunta fundamental entonces radica en qué acción o rumbo habrá de tomar el Gobierno de la República. No debe callar el hecho y esconder la terrible realidad que sigue imperando para muchos mexicanos actualmente en ciertos estados de la República, pero debe actuar de manera inteligente, sigilosa y ágil, que haga ver que tiene las “riendas” de la situación. De otra manera el costo político resultaría mucho más amplio. Por tal motivo, las decisiones que el gobierno emprenda de ahora en adelante en la materia tendrán que ser profunda y concienzudamente analizadas, y sobretodo, deberán dar al ciudadano la sensación que el gobierno tiene un rumbo.