¿Cómo se está llevando a cabo la discusión de las reformas?

La democracia es el gobierno de los consensos. Esta idea, aunque similar a la idea generalizada de la democracia como el “gobierno de la mayoría”, tiene una diferencia sustantiva: la inclusión de las minorías y otros grupos dentro del pacto social, pero no sólo una inclusión a partir de la ley, sino una inclusión a partir del ejercicio de construcción de políticas públicas. Entender bien esta idea ayuda a comprender lo crucial que resulta la construcción de acuerdos donde las fuerzas políticas estén integradas, de lo contrario se corre el riesgo de caer en lo que el sociólogo inglés, Alexis de Tocqueville, nombraba la “tiranía de la mayoría sobre la minoría”. Este tema es relevante porque define el grado de legitimidad de un gobierno específico, así como los mecanismos que pueden utilizar las fuerzas opositoras para canalizar sus demandas.

Si bien, desde el Tribuni Plebis de Roma hubo ejemplos muy claros de quiénes utilizaron la oposición y el populismo para llevar al Estado a situaciones límite, como Saturnino y Sulpicio, también es cierto que, cuando el Estado no cuenta con los mecanismos adecuados para recabar las demandas legítimas e incorporarlas a su gobierno, la oposición se radicaliza y se pone en grave riesgo la legitimidad y gobernabilidad. Un ejemplo claro de la misma época fueron las luchas por la ciudadanía romana, que al principio sólo estaba reservada para los patricios, pero que fue extendida a través de mucha sangre hacia los plebeyos y finalmente a los habitantes de colonias, ciudades y regiones aliadas, después de numerosas oposiciones del Senado.

El tema viene a colación porque en la discusión de las reformas que se está dando en nuestra República, parecería que la prioridad es sacarlas a toda costa, pero queda la duda de qué tanta discusión e inclusión se está generando para que las opiniones legítimas en contra de éstas se puedan expresar y puedan ser incluidas en la elaboración de las leyes. Si bien la mayoría de los legisladores desconoce el contenido de las iniciativas, existen académicos, consultores y organizaciones que tienen planteamientos respecto a cada una de ellas. La pregunta central que habría que responderse es: ¿se están discutiendo, abierta, inclusiva y transparentemente las reformas, en un ambiente propicio dada la importancia del tema?

Es claro que las reformas pueden ser aprobadas por mayoría, sin tomar en cuenta de manera alguna a la oposición, pero no son claros los beneficios que esto tendrá para la gobernabilidad, e incluso para la propia viabilidad de las reformas. Aquí es donde más importancia cobra el oficio político y la posibilidad de generar consensos con base en el entendimiento mutuo.

Construir ambientes democráticos no es sencillo. Sin embargo, es importante ser inclusivos siempre y privilegiar más allá de las posturas de partido; de esa manera, no sólo la discusión será beneficiada de la riqueza y pluralidad de posturas que pueden encontrarse en el Congreso y todos los órganos representativos, sino que el futuro político del país será más promisorio en cuanto a la generación de acuerdos y la estabilidad política.

Discusión reformas en el Senado Mexicano

(imagen: www.educacioncontracorriente.org)